A los 26 años, el argentino Juan Cereigido desarrolló un asistente de inteligencia artificial (IA) diseñado para acompañar a los adultos mayores, facilitar su comunicación y contribuir a su autonomía. El dispositivo, denominado Ato, permite recordar horarios de medicación, reproducir música, enviar mensajes y mantener conversaciones cotidianas sin necesidad de pantallas ni botones.
La idea surgió a fines de 2024, cuando Cereigido buscaba una herramienta que ayudara a su abuelo Beto a mantenerse en contacto con la familia. Poco habituado a los teléfonos inteligentes y aplicaciones, su abuelo se convirtió en el primer usuario de un prototipo controlado únicamente por la voz. La experiencia fue documentada en un video que superó los cuatro millones de reproducciones en redes sociales, generando el interés del empresario y productor Mario Pergolini, quien decidió invertir en el proyecto cuando aún estaba en desarrollo.
Un proyecto que unió tecnología y familia
El principal desafío de Cereigido era comprobar si su abuelo podía usar el asistente de manera intuitiva y si resultaba más accesible que un teléfono convencional. En las primeras pruebas, Beto logró interactuar con el dispositivo en pocos minutos, lo que confirmó el potencial de la idea.
Tras la inversión inicial de Pergolini, el fondo Founders Inc., con sede en San Francisco, decidió financiar la expansión internacional del proyecto. Junto a sus socios Sebastián Itokazu y Gaspar Habif, Cereigido trabajó en seis versiones sucesivas del dispositivo, perfeccionando su funcionamiento y su diseño hasta convertirlo en un producto comercial disponible en distintos mercados.
Actualmente, Ato se comercializa en Estados Unidos, España, México, Suiza y Argentina, con planes de llegada a nuevos países durante 2026. La empresa tiene su sede en Silicon Valley, donde una frase escrita en una de sus paredes resume la motivación del equipo: “Do it for your grandparents” (“Hacelo por tus abuelos”). Ese lema orienta el propósito de la compañía: desarrollar soluciones tecnológicas que acompañen a los mayores sin reemplazar el contacto humano, sino funcionando como un puente entre generaciones.
Funcionamiento del asistente Ato
El asistente se activa mediante un comando de voz: “Hola, Ato“. No requiere pantallas, botones ni configuraciones manuales. Todas las interacciones se realizan por voz, lo que simplifica su uso incluso para personas con poca experiencia tecnológica.
Entre sus principales funciones, permite programar recordatorios —como medicación o citas médicas—, reproducir listas musicales personalizadas, enviar y recibir mensajes de texto o de voz, y mantener conversaciones de hasta 45 minutos.
La inteligencia artificial de Ato fue diseñada con protocolos de seguridad conversacional. Está programada para evitar temas sensibles como política o salud y no brinda diagnósticos ni recomendaciones médicas. Su finalidad es generar acompañamiento emocional y promover la independencia de los usuarios.
El dispositivo está pensado para uso doméstico, pero también fue adoptado en residencias y centros de día. Allí cumple una función complementaria, ya que facilita la comunicación con familiares y reduce la sensación de aislamiento que suelen experimentar algunos adultos mayores.
Precio y suscripción
El dispositivo se comercializa a un valor de 150 dólares, con un sistema de suscripción mensual que varía entre 20 y 40 dólares, según las funciones elegidas.
El plan básico incluye las tareas de recordatorio, música y conversación estándar, mientras que las versiones más avanzadas incorporan opciones de personalización, integración con servicios de mensajería y almacenamiento de rutinas familiares.
El modelo de negocio busca sostener el desarrollo continuo del software, mediante actualizaciones periódicas y mejoras en el sistema de diálogo. Estas actualizaciones permiten que el asistente aprenda de la interacción con cada usuario y adapte sus respuestas de acuerdo con sus hábitos y preferencias.
Expansión internacional y visión a futuro
Con el apoyo de Founders Inc. y el impulso mediático tras la participación de Pergolini, la empresa logró establecer alianzas estratégicas en distintas regiones. En Estados Unidos, Ato fue presentado en ferias tecnológicas y en espacios vinculados a la salud digital, donde generó interés entre instituciones que trabajan con población adulta mayor.
En España y México, el dispositivo comenzó a comercializarse a través de distribuidores locales, mientras que en Suiza y Argentina se incorporó en programas de innovación social enfocados en la asistencia tecnológica.
El objetivo de Cereigido y su equipo es avanzar hacia una red de soporte regional que permita adaptar el dispositivo a los distintos acentos, costumbres y estilos de comunicación de cada país. El equipo trabaja también en la incorporación de nuevos idiomas y en la integración con sistemas de emergencia médica.
Un desarrollo argentino con impacto global
Ato nació como una solución doméstica y se convirtió en una innovación con proyección internacional. Su desarrollo representa un caso de emprendimiento tecnológico argentino que logró trascender fronteras combinando ingeniería, inteligencia artificial y un enfoque de diseño centrado en las personas mayores.
El proyecto continúa en etapa de crecimiento, con el propósito de expandirse hacia nuevas funciones de acompañamiento. En los próximos años, la empresa planea incorporar herramientas que faciliten el acceso a servicios básicos —como turnos médicos o pagos de servicios— mediante comandos de voz.
Aunque se originó como una respuesta a una necesidad familiar, Ato se transformó en un producto que busca mejorar la calidad de vida de los adultos mayores a través de la tecnología.
Con un modelo sustentable, respaldo internacional y una misión enfocada en la inclusión digital, el asistente creado por Juan Cereigido se consolida como uno de los desarrollos tecnológicos argentinos con mayor proyección en el campo de la inteligencia artificial aplicada al cuidado y la comunicación.
