La localidad de Laguna Naineck, ubicada unos 150 kilómetros al norte de la ciudad de Formosa y unos 40 kilómetros al oeste de Clorinda, se vio conmocionada en los últimos días por una triste noticia: la muerte de una beba de un año y ocho meses tras sufrir la picadura de un alacrán.
El episodio sucedió en el barrio Paso Báez el pasado jueves, pero tomó trascendencia recién este domingo. Según medios locales, todo sucedió muy rápido. Después de ser picada, la madre de la criatura la llevó a un centro de salud local donde no pudieron brindarle la atención que sí recibió posteriormente en el hospital de la localidad vecina de Laguna Blanca.
Hasta allí llegó la nena cerca de la 1 de la madrugada del viernes con su madre, en su automóvil particular. La mujer, de 33 años, informó a los médicos sobre la picadura del arácnido y estos le dieron las primeras medicaciones para atenuar el cuadro.
Sin embargo, esa asistencia no fue suficiente y la situación se agravó, por lo que decidieron derivarla a una institución médica de mayor complejidad para que pueda recibir un mejor tratamiento.
La localidad de Laguna Naineck donde la beba fue picada por un alacrán está ubicada unos 150 kilómetros al norte de la ciudad de Formosa y unos 40 kilómetros al oeste de Clorinda.El Hospital de La Madre y el Niño de la ciudad de Formosa era el centro elegido y hacia allí se dirigía la nena junto a su madre a bordo de una ambulancia del Sistema Integrado Provincial de Emergencias y Catástrofes (Sipec), aunque no llegó a ese destino porque hacia las 7, durante el traslado, se confirmó su deceso.
En este contexto, mientras se esperan los resultados de la autopsia, el Ministerio de Salud formoseño resolvió iniciar un sumario administrativo a los profesionales que llegaron a atenderla con el fin de determinar sus responsabilidades en los procedimientos.
Picadura de alacrán: cómo envenenan y cuáles son los síntomas
También conocidos como escorpiones, los alacranes son animales invertebrados artrópodos que viven en la Tierra hace más de 350 millones de años y pueden resultar peligrosos para la salud porque son capaces de provocar envenenamientos graves e incluso letales, aunque muchos casos son prevenibles y tratables.
Existen 16 familias y 1500 especies. Y los potencialmente peligrosos son aquellos que pertenecen a la familia Buthidae, que en nuestro país está representada por el género Ananteris, Tityus y Zabius.
El envenenamiento, según explica oficialmente el Ministerio de Salud de la Nación, se produce a través de la picadura causada por el aguijón, por la que inyecta el veneno en la lesión e ingresa al cuerpo, dejando una herida que se puede visualizar como una pequeña marca circular acompañada de hinchazón y hematoma.
La víctima de la picadura siente un dolor agudo, punzante y muy intenso en la zona del aguijonazo, que puede ir acompañado de enrojecimiento y sensación de hormigueo.
En niños, puntualmente, “es más frecuente la excitación y el temblor generalizado acompañado de llanto o gemidos constantes”, explica la cartera sanitaria nacional.
“Cuando existe envenenamiento generalizado, a los síntomas locales se les agregan manifestaciones sistémicas por compromiso del sistema nervioso y otros tejidos que complican el cuadro. Los síntomas son: taquicardia, dificultad respiratoria, salivación, lagrimeo y temblores, entre otros. En casos graves pueden presentarse vómitos, diarrea y alteraciones cardíacas”, agrega ese Ministerio.
Qué hacer ante la picadura de un alacrán
Colocar hielo en la zona afectada y consultar rápidamente a un médico son dos de las recomendaciones más importantes ante la picadura de un alacrán.
El personal sanitario, después de hacer la evaluación correspondiente, puede decidir la aplicación del antiveneno antiescorpiónico para neutralizar la toxina.
Entre las principales recomendaciones para prevenir la acción de los alacranes, se remarcan revisar y sacudir prendas de vestir y calzados; sacudir la ropa de cama antes de acostarse o acostar un bebe o niño; evitar caminar descalzo; tener precaución cuando se examinan cajones o estantes; utilizar rejillas en desagües, cañerías y otras aberturas; colocar burletes o alambre tejido (mosquiteros) en puertas y ventanas; revocar las paredes, reparar grietas en pisos, paredes y techos; mantener limpia y ordenada la vivienda y alrededores; y evitar la acumulación de materiales de construcción, escombros, leña porque suelen ser lugares donde se alojan”.
ES