Ni uno, ni dos, ni tres delitos. Luis Benjamín Benítez, el hombre acusado de matar de siete puñaladas al delivery Lucas Aguilar en el partido bonaerense de Moreno, presenta un extenso prontuario delictivo desde hace 19 años. De hecho, su historial criminal se remonta al 3 de marzo de 2006, cuando fue detenido por el delito de robo calificado en poblado y en banda
Sólo tres años después, volvió a caer ante la justicia. El 21 de mayo de 2009, fue detenido por tentativa de robo. Apenas dos meses luego del hecho, el 17 de julio, fue aprehendido nuevamente, esta vez acusado de robo simple. Su prontuario continuó sumando hechos delictivos y el 17 de septiembre de ese mismo año volvió a ser capturado por tentativa de robo simple. Finalmente, el 22 de octubre, su historial se agravó con un nuevo arresto por robo calificado.
Tras permanecer en la unidad penitenciaria número 43 de Florencio Varela, Benítez obtuvo la libertad, pero su estadía fuera de prisión fue breve. Solo seis días después de recuperar la calle, fue arrestado nuevamente por tentativa de robo calificado, lo que evidenciaba su reincidencia en los delitos.
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Con el paso de los años, su historial se fue incrementando más y más, incursionando incluso en peores delitos que los anteriores. El 24 de junio de 2015 fue imputado por el delito de “daño“, mientras que el 17 de febrero de 2017 enfrentó la acusación más oscura hasta ese momento: tentativa de homicidio. Sin embargo, y a pesar de estos antecedentes, volvió a quedar en libertad.
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El 25 de abril de 2022, cuando ya tenía 38 años, fue detenido otra vez, en esta ocasión por tentativa de robo. Su conducta delictiva no cesó y, el 20 de enero de 2024, apenas diez días antes del asesinato de un repartidor, fue capturado por un nuevo intento de robo.
El extenso historial de delitos cometidos por Benítez refleja un patrón de reincidencia constante. A lo largo de los años, acumuló múltiples detenciones y acusaciones, algunas de ellas por hechos de extrema gravedad, sin lograr mantenerse alejado del crimen.
Sólo algunas horas antes del último crimen, el delivery había aparecido en C5N hablando sobre la inseguridad en Moreno. Allí, el joven explicó que este tipo de hechos “viven pasando porque la zona está re liberada”. También explicó que hace dos años compró su moto para poder trabajar y ayudar a su familia. En ese período de tiempo, afirmó que habrían intentado robarle, por lo menos, cinco veces.
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El ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, se expresó sobre el crimen del delivery mediante su cuenta de X y criticó duramente a la policía bonaerense por “despejar” las manifestaciones que se dieron tras el aberrante hecho. Allí, aprovechó para diferenciar las políticas del Ejecutivo con las del mandatario provincial.
“Kicillof reprime a los argentinos de bien que sufren la inseguridad, pero deja a los delincuentes sueltos. Este es el garantismo kirchnerista. Nosotros hacemos lo contrario: meter presos a los criminales y cuidar a los argentinos. Este año en las urnas hay una sola opción para terminar con este caos”, expresó. El mensaje, posteriormente, fue reposteado por el presidente Javier Milei.
Las declaraciones de Cúneo Libarona surgieron después de que un grupo de repartidores, incluidos algunos colegas de la víctima, junto a vecinos del barrio, se reunieran en la Plaza Mariano Moreno para exigir justicia y medidas concretas contra la creciente ola de robos en la zona.
Para evitar incidentes, un grupo de efectivos de Infantería formó un cordón de seguridad alrededor del edificio. Sin embargo, la indignación por el asesinato de Lucas creció rápidamente y algunos manifestantes llegaron a treparse a la fachada, golpeando los vidrios con sus propias manos en señal de protesta.
La tensión aumentó cuando los manifestantes comenzaron a arrojar piedras contra la entrada del lugar y las patrullas estacionadas en las inmediaciones. También utilizaron neumáticos y conos para atacar tanto a los agentes como al edificio. La escalada de violencia llevó a la policía a responder con disparos de balas de goma, generando un clima de caos en el que incluso algunos vecinos terminaron enfrentándose entre sí.
TC