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Resistencia
15 octubre, 2024

“Mi hija sufrió todo el camino y no pararon porque tenían que llegar a horario”

DESPEDIDA. En un emotivo homenaje, este domingo se reunieron familiares, amigos y la comunidad educativa para despedir a Juanita.
Claudia Díaz es la mamá de Juanita, la niña de 13 años que volvió de su viaje de estudios con una infección y falleció este sábado en el Hospital de Pediatría. Según contó a PRIMERA EDICIÓN, cuando el lunes habló con Juanita para desearle feliz cumpleaños, su hija estaba feliz y se sentía bien, pero por la noche le comentó que estaba con un poco de dolor de garganta.

Recordó que, en Carlos Paz, Juanita se había sacado de lugar la rodilla en un tobogán gigante y, en esa oportunidad, la llevaron a una clínica y la atendió el médico del seguro estudiantil, le colocaron una férula, le acomodaron la rodilla y le recetó diclofenac y paracetamol de un gramo cada 12 horas. Juanita, además, le contó al médico que le dolía un poco la garganta y el profesional le dijo que esos analgésicos le ayudarían a desinflamar.

El viaje de retorno

Ese mismo lunes a la noche el contingente emprendió el regreso a la provincia. “Tengo todos los mensajes que me mandó la maestra y ese martes a las 8 de la mañana recibí un mensaje de su maestra donde me contaba que estaban viajando con Juanita muy descompuesta y me fue detallando que a las dos de la mañana vomitó, a las dos y cuarto tuvo diarrea, volvió a vomitar a las tres y tenía temperatura alta, también vio que tenía como un sarpullido. Entonces, como no lograban que baje la fiebre con paños fríos, la maestra llamó al médico del seguro que le indicó la aplicación de una dipirona. De casualidad, en el otro colectivo viajaba una mamá que es enfermera y ella tenía una ampolla de dipirona y se la aplicó. Después de eso, según los mensajes de la maestra, le bajó la temperatura, pero seguía vomitando y con diarrea”, detalló.

Ni bien recibió ese Whatsapp, Claudia llamó a la maestra: “Le expliqué que era necesario que mi hija se hidratara, porque con tanto vómito y diarrea era peligroso que se deshidrate, me dijo que tomaba agua de a sorbitos pero que casi no lograba retener por los vómitos, pese a que le habían dado reliverán”.

En ese momento, según recordó Claudia, “estaban en la localidad correntina de Salada, yo pensaba que ya no faltaba tanto para que llegaran y pudiera llevarla a la guardia. Hasta ese momento no dimensioné la gravedad del cuadro de mi hija”.

“Cuando estaban en Virasoro, mi hija ya no aguantaba más”

Pero después pidió que le pasaran con su hija y ella le dijo que se sentía muy mal y que necesitaba bajarse del colectivo porque ya no podía seguir, “me quedé loca y le pedí a la maestra que pararan y llevaran a mi hija a un hospital, que en todo caso ella se quedara con mi hija y el resto de los chicos siguiera viaje. Pero la maestra me dijo que en Virasoro -donde estaban en ese momento- no hay buena atención en el hospital y que era preferible seguir viaje porque faltaba muy poco para llegar a Posadas”.

Fue entonces que la mamá pidió a la maestra que gestionara con el seguro del viaje que una ambulancia esperara a su hija en Garupá, donde muchos chicos iban a bajar. “Pero en vez de ambulancia, mandaron un auto particular. Entonces llamé a la Unidad de Traslado para que una ambulancia la trajera a mi hija al Hospital de Pediatría. Pensé que mi hija recibiría los primeros auxilios en la ambulancia, pero no fue así, llegó al hospital sin vía ni oxígeno, creo que no le tomaron ni la presión”, lamentó.

El estado de Juanita al momento del ingreso al hospital era muy malo, “tenía la boca negra y los ojos rojos, estaba en shock. La llevaron a emergencia y le pusieron un montón de líquidos en vena, estaba totalmente deshidratada, su corazoncito estaba latiendo mal y su presión estaba bajísima, con apenas 8/2. Como no lograron levantarle la presión arterial la llevaron directamente a terapia intensiva, donde la intubaron y le hicieron los estudios y cultivos. Todo salió negativo, salgo el laboratorio de Influencia B que los médicos me explicaron que jamás le puede provocar todo lo que le pasó. Lo que creo que en realidad pasó es que llegó tan deshidratada que no pudo levantar su presión pese a todo lo que le pusieron, creo que eso fue lo que mató a mi hija porque su sangre no circulaba, no llegaba a sus miembros y apenas daba para los órganos más importantes, relató”.

En pocas horas, a Juanita se le necrosaron ambas piernas y luego sus manos, después le dejó de funcionar el riñón, empezó a presentar un sangrado interno y “después de eso ya le dejaron de funcionar el resto de los órganos y tuvo muerte cerebral”.

“Tiene que haber una ley que evite que esto vuelva a ocurrir”

Tras lo sucedido, Claudia aseguró que “las empresas de viaje estudiantiles viajan con nuestros hijos a la deriva y todavía no puedo entender por qué la maestra no pidió que pare el colectivo para llevarla a un centro asistencial para que le pusieran un suero y la estabilizaran antes de seguir viaje o, quedaba internada y nosotros íbamos con ella. Pero en vez de eso, mi hija sufrió todo el camino y llegó casi sin vida. No pararon porque tenían que llegar a horario”.

Según anticipó la mujer, está decidida a ir a la Justicia para “que la muerte de Juanita no quede impune, quiero que se hagan cargo los responsables, tanto la maestra, como la escuela y la empresa de viajes”.

“Esto no tiene que volver a ocurrir, tenemos que sacar una ley para que nunca más un colectivo pueda salir con criaturas con personal no capacitado, sin médico arriba del colectivo”, finalizó.

Familiares y amigos despidieron a Juanita este domingo

El encuentro fue en el Parque La Cantera de la Costanera de Posadas.

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