25.8 C
Resistencia
12 marzo, 2025

“Mi amigo manda a hacer cualquier cosa a Fabricaciones Militares: las reveladoras escuchas al Rey de la Efedrina y su plan para inundar Rosario de armas

Mario Segovia (49) –condenado en 2012 a 17 años de prisión como “El Rey de la Efedrina”– quería inundar Rosario de armas automáticas, fusiles de alto impacto y explosivos. Por eso, desde su celda del Complejo Penitenciario 1 de Ezeiza, ideó un plan para entrar a la Argentina todo en partes y luego montar un sistema de impresiones 3D para copiar las piezas plásticas de las armas, que venían de China en encomiendas. Los sistemas más complejos continuarían contrabandeándose desde Estados Unidos como componentes de bicicletas.

“Dotar a las bandas criminales locales de Rosario con estos elementos, las hubiera puesto a un nivel equivalente a la de los carteles mexicanos, al Comando Vermelho o al PCC brasileño”, graficó Agustín Bucciarelli, especialista del área de Inteligencia de la Unidad Federal de Investigaciones Especiales de la Policía Federal. Lo hizo al declarar como testigo en el juicio oral contra Segovia, su hijo Matías (25) y su hermano Hernán (46, ex policía de Santa Fe).

Los tres conformaban el núcleo central de la banda a la que, en 2021, le secuestraron manuales para fabricar explosivos importados de Canadá. Los acusados del juicio fueron cinco en total.

Luego de casi un año de debate –a cargo del juez Nelson Jarazo del Tribunal Federal 2 de La Plata– el miércoles se inició la recta final del caso con el alegato fiscal, a cargo de Diego Iglesias y Patricia Cisnero, de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar). Todo se hizo por Zoom. Aunque Mario y Matías Segovia comparten encierro en el módulo de presos de “Alto Riesgo” del Complejo Penitenciario 1 de Ezeiza, ambos fueron ubicados en diferentes salas.

Segovia escuchó las tres horas de alegato con aplomo. Sólo se quejó de que no le habían dado papel y lápiz para ir tomando nota. Su hijo estaba evidentemente más nervioso. Se ofuscó cuando comenzaron algunos problemas de audio y sostuvo que sus condiciones de detención son peores que “durante la dictadura militar”.

Segovia, en el juicio de 2012, en el que se lo condenó por enviar 91 cargamentos de efedrina a México.

Los fiscales pidieron 15 años de prisión para Mario Segovia, 10 años para Hernán Segovia, 5 años y medio para Matías Segovia, 10 años para Gonzalo Ortega (39 su cuñado) y 5 años para Ezequiel Bergara (35).

De acuerdo a la acusación fiscal las armas y explosivos “ingresaban al país en su mayoría en piezas desarmadas mediante distintas encomiendas para su posterior ensamble. Entraban por el Aeropuerto de Ezeiza para luego ser enviados a la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, donde se encontraba radicado el núcleo de la organización”, sostuvo Iglesias y dio un contexto de la violencia narco que vivió esa ciudad con un pico de 291 muertes en 2022.

La guerra entre Los Monos, Esteban Alvarado y sus segundas líneas eran para Segovia una oportunidad de negocios. Para eso agudizó su ya importante ingenio al punto de lograr hackear dos direcciones de mail del Gobierno de Formosa para hacer las compras más sensibles.

El fusil AR-15 secuestrado en la causa contra “El Rey de la Efedrina” en 2021. El otro estaría en Rosario.

“Se ha verificado que fue mediante las casillas de correo electrónico oficial del Gobierno de la Provincia de Formosa (…) vía web mail se adquirieron estos artefactos explosivos, que consistían en: a) un sobre bomba, conteniendo alambre, cables, tornillos, un detonador y una batería; b) libro bomba, conteniendo dos baterías, un detonador, una llave, dos pinzas, cables y papel aluminio y; c) carpeta bomba, conteniendo una batería, cables, papel aluminio, detonador, clavos y gel (descripto por personal experto en explosivos de Paraguay”, describieron los fiscales en 2021 al pedir los allanamientos contra el clan.

Si hubiera logrado su objetivo, Rosario “podría haber emulado los índices de violencia y criminalidad que se registran en ciudades como Tijuana, Juárez, Rio de Janeiro o São Paulo. Eso era lo que quería el Clan Segovia, que con su estructura se posicionaría como el único proveedor de armamento de guerra automático para las bandas criminales locales”, explico el fiscal Iglesias.

Algunas de las armas y equipos secuestrados al clan y que forman parte de las pruebas contra el “Rey de la Efedrina”.

El fusil AR-15 –el arma que logró entrar Segovia a la Argentina al menos dos veces– es de uso civil, semiautomático, armable como un Lego, muy liviano y dispara tres veces más rápido que una pistola 9 milímetros, unas 45 balas por minuto. Acá es casi imposible de comprar. Tal vez por su fuerza de fuego, fue el que usó el tirador que atentó contra Donald Trump en plena campaña presidencial de los Estados Unidos. No es cualquier cosa. En Argentina solo lo tienen los grupos de “irrupción” de algunas fuerzas federales.

La cuestión es que a fines de 2024 un AR-15 dejó su rastro en Rosario en un ataque a un miembro de la barrabrava de Rosario Central posterior al crimen de Andrés “Pillín” Bracamonte (53), asesinado por sicarios el 9 de noviembre junto a su número 2 Daniel “Rana” Attardo (55). Hay indicios que apuntan a Segovia como el proveedor de esa arma.

Carta de Segovia a su hijo dándole instrucciones de cómo mandar los mails desde la dirección robada al Gobierno de Formosa y las armas secuestradas al Rey de la Efedrina
Las instrucciones de Segovia a su hijo.

La causa

Mario Segovia está preso desde 2008, pero durante más de una década operó desde el encierro sin demasiado problema. Luego de una investigación encarada en 2016 por la Justicia Federal de Lomas de Zamora, en 2021, se fue tras su organización de tráfico de armas y explosivos.

Y lo que se descubrió en los allanamientos realizados en Rosario estuvo a la altura del llamado “Rey de la Efedrina”: partes de armas importadas de lugares remotos de Arabia Saudita, instructivos canadienses para fabricar bombas caseras y hasta el croquis detallado de cómo armar una bomba.

Video

El diálogo del “Rey de la Efedrina” con un preso árabe para comprar fusiles AK47 en África

A los 13 allanamientos pedidos al juez subrogante Luis Armella por los fiscales Sergio Mola y Diego Iglesias se fue con dos hipótesis que –según las fuentes consultadas– terminaron confirmadas: Segovia importaba las partes de las armas pero también su plan a futuro era fabricarlas acá.

La fiscal Cisnero lo sintetizo perfecto en el alegato: “La banda criminal tenía capacidad para suministrar armas automáticas, blindajes, precursores químicos, drogas de diseño, explosivos y capacitaciones para el armado de detonadores y diversas técnicas terroristas. Todo ello, operando con la fachada de una supuesta empresa dedicada a la capacitación de organismos públicos, con sede en Belice, cuentas bancarias en Suiza y un sitio web. A su vez, mediante el hackeo de correos electrónicos oficiales del Gobierno de Formosa, contrataban cursos y compraban material didáctico necesario para el desarrollo de la industria criminal antes mencionada”.

Allanamiento de la PFA en la casa de Mario Segovia por tráfico de armas y explosivos. Foto Juan José García

En las escuchas del caso se habla de una ametralladora ensamblada en Argentina que iba a ser canjeada por una camioneta Toyota Hilux usada. Segovia llama “escobas” a los fusiles. Así una “escoba de 15” es un fusil AR-15 (o sus variantes M16 o M4).

La causa, que pronto llegará a veredicto, empezó a raíz del descubrimiento de un kit para armar un explosivo que pretendía entrar a Paraguay, vía Canadá, previa escala en Argentina. El 12 de septiembre de 2016, el paquete había llegado al Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi (Paraguay), proveniente de Canadá, y previamente había pasado por el Aeropuerto Internacional de Ezeiza.

Todo muy bien pensado. Todo muy al nivel del “Rey de la Efedrina”.

MG

Últimas Noticias
NOTICIAS RELACIONADAS