El juez instructor de San Pedro, Ariel Belda Palomar, rechazó el pedido de excarcelación presentado por la defensa de los dos policías imputados por “apremios y privación ilegítima de la libertad” por lo que continuarán detenidos. La medida se hizo efectiva ayer de acuerdo a las fuentes en contacto con PRIMERA EDICIÓN.
El juez entendió que deben conocerse los resultados de medidas ordenadas para resolver los nuevos pasos en la situación procesal. Las mismas tienen que ver con un informe que establezca el perfil psicológico de los efectivos y pericias sobre sus armas reglamentarias como así también con la ropa secuestrada al momento de que el joven de 23 años denunció el caso.
Cabe recordar que en sede judicial y en la propia Gendarmería, el denunciante manifestó que, durante el castigo recibido, lo rociaron con combustible y lo amenazaron con prenderlo fuego.
También ayer se conoció que el magistrado que entiende en la causa aguarda aún los resultados de las pericias de las pistolas 9 milímetros de los uniformados ya que además en la denuncia quedó asentado que habrían efectuado al menos dos disparos intimidatorios cuando liberaron a la víctima.
Por otra parte, realizaron una serie de estudios psicológicos a la víctima para evaluar posibles secuelas luego del tormento vivido.
Los efectivos detenidos tienen 25 y 28 años y fueron imputados semanas atrás provisoriamente por “apremios y privación ilegítima de la libertad”. En las indagatorias frente al juez Belda, optaron por no declarar.
El joven detalló en sede judicial que lo obligaron a realizar flexiones de brazos y abdominales y que lo golpearon con puños y pies, pero también con objetos contundentes como palos, trozos de mangueras y presuntamente con tonfa, parte del armamento policial.
De la denuncia realizada en la Policía, Gendarmería y ratificada en la Fiscalía de San Pedro, se resaltó que el joven llegó a pedir que lo maten porque no soportaba más la tortura.
“Me pegaban patadas y con palos de todo tipo para que hiciera flexiones. En un momento no daba más y les pedí que me maten nomás porque ya no podía soportar. Ellos se reían y me dejaban descansar cinco minutos”, fue parte del testimonio de la víctima ofrecido de manera exclusiva a este Diario.
En este contexto, agregó que “cuando vieron que no daba más, ahí me subieron al patrullero. Fuimos detrás de la terminal de colectivos y me bajaron. ‘Corré y no mires para atrás, si denunciás te matamos’, me remarcaron y efectuaron al menos dos disparos”.
La semana pasada los policías fueron reconocidos en una rueda de reconocimiento. Permanecen en dependencias de la UR-XII y desde la Policía no comunicaron ninguna medida tomada respecto al caso.