En noviembre de 2022, agentes del FBI realizaron una operación de alto riesgo en la tranquila localidad de Madison, Alabama, para detener a William Spearman, conocido como ”Boss”, uno de los principales distribuidores de material de abuso sexual infantil en el mundo, según el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
La operación, autorizada por el propio director del FBI, culminó con la detención de Spearman tras una confrontación violenta, en la que estuvo cerca de alcanzar tres armas de fuego. Su posterior condena a cadena perpetua marcó un hito dentro de la investigación federal conocida como Operación Grayskull.
La operación, iniciada en 2020 bajo el primer mandato de Trump, tras detectar un aumento en el tráfico hacia un sitio sospechoso en la dark web, permitió desmantelar una vasta red internacional de explotación infantil. En total, se cerraron cuatro plataformas activas que albergaban imágenes y videos de extrema violencia sexual contra menores. Estas páginas llegaron a acumular más de 120.000 miembros, millones de archivos ilegales y hasta 100.000 visitas diarias.
La investigación ha resultado en la condena de al menos 18 personas involucradas en la administración o distribución de estos materiales ilícitos a través de internet profunda.
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Entre ellos figura Selwyn Rosenstein, condenado a 28 años de prisión en 2022 por operar un sitio de este tipo. Según los fiscales, su plataforma no solo era una fuente de contenido ilegal, sino una comunidad activa de pedófilos. La cantidad de material que poseía era tan grande que tuvo que almacenarlo en los servidores de su empresa.
Otro condenado es Matthew Garrell, de Raleigh, Carolina del Norte, sentenciado a 20 años de prisión por su participación en un sitio oscuro de explotación infantil. Según documentos judiciales, Garrell participó en una conspiración extremadamente compleja, que incluía el uso avanzado de tecnología y la posesión de manuales detallados para el acoso y abuso de menores.
Los fiscales y agentes del FBI señalan que los participantes en estas redes suelen ”ganarse” su acceso mediante el pago de cuotas, la moderación de contenido o la contribución directa de material abusivo.
”Son individuos con conocimientos técnicos avanzados”, indicó Matthew Galeotti, jefe de la División Criminal del Departamento de Justicia. ”Por eso, necesitamos agentes y fiscales con una comprensión igualmente sofisticada de la tecnología”.
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El esfuerzo conjunto entre el FBI y el Departamento de Justicia ha llevado a la captura de delincuentes en varios estados, incluyendo Virginia, Maryland, Indiana, Texas, Washington, Arkansas, Michigan y Oklahoma. Chris Delzotto, director adjunto del FBI, destacó la magnitud de la red: ”Formaban parte de una comunidad organizada de cientos de miles de personas, con jerarquías, reglas y un propósito común”.
Abbigail Beccaccio, jefa de unidad del FBI, explicó que el equipo que administraba uno de los sitios también operaba los otros tres, lo que permitió desmantelar toda la estructura criminal de manera simultánea. Gracias a estos esfuerzos, las plataformas clausuradas no han vuelto a activarse, lo cual es considerado un éxito sin precedentes por las autoridades.
”Esta ha sido una de las investigaciones más exitosas de todos los tiempos”, declaró Galeotti. ”Derribamos cuatro sitios que no se han regenerado, lo cual es muy raro en este tipo de casos”. La Operación Grayskull ha sido clave para interrumpir una red global de explotación infantil y servir como advertencia a otros potenciales abusadores.
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