Kevin Cribb (26), se mudó a Italia en abril del año pasado, y ahora forma parte del coro encargado de brindar el servicio musical durante las Misas en la Basílica de San Pedro
lunes 30 de septiembre de 2024 | 3:00hs.
Kevin Cribb (26), nació en Buenos Aires, pero estuvo radicado desde los 7 años en la ciudad de Posadas. En abril del año pasado emigró a Italia junto a su esposa y a partir de octubre empieza un camino histórico, ya que integrará un coro que canta en Misas en el Vaticano.
El joven, desde el viejo continente, contó que el 10 de septiembre marcó un hito en su vida. «Después de ver una convocatoria a través de internet, me registré para audicionar para el Coro Cappella Giulia, que es el coro encargado junto con el órgano, de brindar el servicio musical durante las Misas en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano. Después de unas semanas, publicaron los resultados y nunca imaginé que recibiría la noticia de que había sido seleccionado», expuso con alegría y aún sin caer en la cuenta del logro obtenido.
El 24 de septiembre tuvo lugar la reunión de los coreutas en la sala de ensayos. Kevin sostuvo que su corazón latía rápido mientras escuchaba las explicaciones sobre el reglamento, la organización de los ensayos y cada detalle lo llenaba de emoción. «Cantar en un lugar con tanta historia, y en una iglesia de tanta importancia, es una gran oportunidad, una experiencia muy enriquecedora a nivel personal y profesional», acotó.
Los ensayos se realizan dentro del Vaticano, en la sala destinada al coro. Afirmó Kevin que es un verdadero desafío “porque la mayoría del repertorio lo aprendemos justo media hora antes de cada Misa, leyendo las partituras a primera vista”. Comentó además que la idea de poder cantar cerca del Papa le llenaría de orgullo, aunque sabe que el coro de la Cappella Sixtina es el encargado de las celebraciones papales. Aun así, hay ocasiones especiales donde ambos coros se unen, y eso es suficiente para mantenerse motivado ya que en algún momento podrá estar cerca de Francisco. Precisó también que “si bien todos los cantos son religiosos porque forman parte de la liturgia, puede darse la participación en conciertos fuera del contexto litúrgico”.
Kevin es el único argentino en el coro, y estará rodeado de músicos de diversas nacionalidades. La mayoría son italianos, pero los hay también de otros países de Europa, Asia y un latinoamericano. A medida que pasan los días, comienza a forjar amistades con personas tan apasionadas por la música como él y además altamente comprometidas con su trabajo en un alto nivel.
El joven expresó que emigrar implica recomenzar la vida en muchos sentidos. “No es fácil, pero sabíamos que es parte del proceso para desarrollarnos y cumplir nuestros sueños y objetivos”. En su diálogo con El Territorio admitió que hay momentos en que la nostalgia lo embarga recordando sus pagos. “Extraño a mi familia y amigos de Argentina, dijo. Y agregó: “Saber que a pesar de la distancia, aunque estén a muchos kilómetros, están pendientes y me apoyan, me fortalece, así es el amor de mis seres queridos que siempre estuvieron y están conmigo”.
Su viaje por el mundo de la música y el canto tuvo una experiencia fundamental al integrar años atrás, desde marzo de 2019 a marzo de 2023, el Coro del Centro del Conocimiento en Posadas. Al llegar a Roma, se unió a un coro amateur para adaptarse al idioma y la cultura. Tras dejarlo, trabajó con un maestro que lo guió en la técnica vocal, destacó su potencial y a la vez le señaló las áreas en las que necesitaba mejorar. Con esfuerzo y dedicación, logró lo que parecía imposible: audicionar para la Cappella Giulia y ser aceptado.
Mientras se prepara para el primer ensayo, reflexionó sobre el camino recorrido. Sabe que esto es solo el comienzo. Su objetivo es seguir creciendo como cantante y también como organista, algo que había cultivado durante el último año tocando el instrumento en diversas iglesias y anteriormente también en la Catedral de Posadas. Anhela unirse algún día a otros coros en Roma, como ser el Coro della Accademia di Santa Cecilia.
“Siento que formo parte de algo grande, de una tradición que atraviesa siglos. La música religiosa, el ambiente reverente de la Basílica, todo me envuelve y me hace sentir que estoy cumpliendo con mi propósito, la mezcla de la emoción por cantar en un lugar tan emblemático y la responsabilidad que eso conlleva, me llena de energía”, enfatizó.
Con el inicio del mes de octubre a la vista, las primeras Misas se acercan. Siente que no puede esperar para experimentar la sensación de cantar en ese magnífico espacio. Mientras tanto, se dedica a seguir practicando, y así va acercándose a la realización de sus sueños, siempre con el aliento y apoyo de su esposa.