Recordó que entre diciembre de 2020 y diciembre de 2024 la nafta súper aumentó un 840% y las versiones premium un 1.010%. Sin embargo, en lo que va de 2025 la variación fue mucho menor: “Del 31 de diciembre a hoy, la súper subió solo un 14% y la premium un 11%”, indicó.
El empresario explicó que la proyección de incremento anual está sujeta a dos variables clave: el precio internacional del barril de petróleo y la cotización del dólar. “Si no hay un conflicto de gran magnitud que dispare el crudo a 100 dólares, podemos cerrar en el 25% previsto. Incluso, mirando hacia 2026, podríamos pensar en aumentos de apenas un 10% o 12% anual, como en Paraguay, donde las variaciones rondan el 5%”, señaló.
En cuanto a la demanda, advirtió que viene cayendo debido al envejecimiento del parque automotor argentino, con una antigüedad promedio de 14 años. Planteó la necesidad de un plan de recambio de vehículos para dinamizar el sector y generar más consumo de combustible.
De Paoli también se refirió a las inversiones en infraestructura energética y a la posibilidad de que Argentina se convierta en exportador de energía, lo que calificó como “un cambio de juego” para la economía. “Es como ganar un quini-seis. Más sectores productivos generando divisas significan más recursos para todos”, afirmó.
Sobre la situación logística, destacó la importancia de reactivar el puerto de Barranqueras y mejorar el transporte fluvial para reducir la dependencia del traslado terrestre desde Buenos Aires y Santa Fe. “Si no invertimos en el Paraná, cada vez dependeremos más de los camiones”, advirtió.
Por último, se mostró optimista sobre el cierre del año y el escenario internacional. “Hoy tenemos un viento a favor. Si Argentina aprovecha este clima de negocios, puede colocar su producción en mejores condiciones que Brasil en el mercado internacional”, concluyó.