El médico Néstor Carrizo, jefe de la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Cullen de Santa Fe, hizo este miércoles una dura revelación sobre la salud de Alejandro “Locomotora” Oliveras, quien “va a quedar con secuelas neurológicas” en caso de reponerse del ACV isquémico sufrido hace nueve días.
Al brindar un nuevo parte médico, Carrizo informó que la paciente se mantiene estable en cuanto al control de la presión arterial y neurológica, pero con respuestas ”fluctuantes” por su lesión cerebral.
“Lo positivo es que se evitó el enclavamiento cerebral y la muerte encefálica. Esa fue la amenaza más grave en las primeras horas”, explicó el jefe de terapia intensiva del hospital.
(Foto: @locomotoraok/Twiter)
Estado delicado y evolución lenta: el nuevo parte médico sobre la salud de “Locomotora” Oliveras
Bruno Moroni, director del Hospital Cullen de Santa Fe explicó que la paciente permanece estable en cuanto a los controles de presión arterial, y que el seguimiento neurológico se realiza de forma continua, adaptando las medidas médicas según las respuestas que se van observando.
Sin embargo, aclaró que se trata de una situación fluctuante, sin grandes cambios en las últimas 72 horas. La paciente sigue bajo sedación, un aspecto que depende del líquido acumulado en el cerebro, cuya evolución puede demorar días o incluso semanas. “No es de un día para el otro. Hay que darle tiempo”, señaló.
Moroni advirtió que se trata de un cuadro clínico de extrema gravedad, con altos riesgos de que ocurra una complicación fatal. La exdeportista depende de asistencia respiratoria y, aunque aún no es posible determinar el nivel exacto de daño, los médicos prevén que quedará con secuelas neurológicas.
“Estamos en una etapa donde no podemos definir la secuela”, afirmó. También explicó que los partes médicos pueden parecer monótonos, pero reflejan la lentitud natural del proceso: no habrá cambios bruscos, y se necesita paciencia para evaluar la evolución.
El ACV de “Locomotora” Oliveras: sospechan de una lesión en la carótida
Los estudios realizados indican una alta sospecha de que el ACV fue provocado por una embolia cerebral, posiblemente originada en una lesión aterosclerótica en la arteria carótida.
Ese coágulo habría obstruido la arteria silviana, una de las principales vías de irrigación del cerebro. Oliveras no presentaba antecedentes conocidos de hipertensión, diabetes u otras enfermedades predisponentes.