Absolución o condena por homicidio involuntario fue el planteo de los defensores de los nueve militares que son juzgados por la muerte del subteniente de artillería Matías Chirino (22) en el Grupo de Artillería de Monte 3, en Paso de los Libres, tras un ritual de bienvenida al cuartel. Después de escuchar los alegatos finales, el Tribunal dispuso que el 11 de noviembre dará a conocer la sentencia.
Seis de los imputados, los ex capitanes Rubén Darío Ruiz (37) y Hugo Reclus Martínez Tarraga (36); los ex tenientes Darío Emmanuel Martínez (33) y Exequiel Emmanuel Aguilar (33); y los ex subtenientes Facundo Luis Acosta (28) y Gerardo Sebastián Bautista (33), siguieron los alegatos desde la cárcel de Marcos Paz; mientras que el ex capitán Claudio Andrés Luna lo hizo desde el penal de Bower, en Córdoba. La ex oficial Claudia Daniela Cayata (36) estuvo en sala de debates, mientras que el ex teniente Franco Damián Grupico (28) lo hizo en forma remota.
El primero en exponer sus conclusiones fue el defensor de Martínez Tarraga. Sostuvo que “no se pudo verificar que mi defendido estuvo haciendo algo no permitido” en la noche en que se produjo el mortal bautismo. Adujo que si Chirino estaba inconsciente porque casi no se había alimentado y le habían dado abundante alcohol, no se explica cómo en su estómago se hallaron 800 centímetros cúbicos de comida que corresponderían a proteínas, según el informe de autopsia. Para el abogado, Matías tuvo que haberse alimentado cerca de las 4 y eso “interrumpe el nexo de causalidad”.
Francisco Castrillón Grecco sostuvo que la Fiscalía no determinó los roles que tuvieron los imputados en la causa y pidió la absolución del delito de homicidio simple con dolo eventual y abuso de autoridad.
Dijo que una posibilidad es que Chirino haya comido de más y eso le haya provocado la broncoaspiración, pero que ese extremo no fue analizado durante la instrucción de la causa.
Una marcha en Holmberg, Córdoba, por la muerte del subteniente del Ejército Matías Ezequiel Chirino (22).Por su parte, el abogado Mariano Lizardo, defensor de Grupico, alegó que tanto la Fiscalía como la querella “forzaron la teoría del caso” y los acusó de formular “un incongruente y confuso relato” de lo que sucedió en la unidad militar.
Sostuvo que Grupico no estaba presente cuando a Chirino lo obligaron a tirarse a la pileta pese al intenso frío; y descartó que Matías haya temido por su vida esa noche. Según su razonamiento “Chirino fue a Paso de los Libres en busca de más bebidas y cigarrillos. Y nadie vuelve a un lugar si siente que su vida corre peligro”.
Indicó Lizardo que su cliente “no tuvo actividad ni pasiva ni de acción” durante el ritual de bienvenida. Y que ello surge del relato de los subtenientes Jorge Chaile y Rufino Meza, las otras dos víctimas del abuso de autoridad. Dijo que la única interacción con Chirino fue el saludo al arribar al cuartel.
Ezequiel Chirino (52), con la foto de su hijo Matías (22), el subteniente del Ejército que murió durante un ritual de iniciación. Destacó que tras el hecho, Grupico logró su reincorporación al Ejército, pero luego por presiones de la familia de la víctima, lo exoneraron. “Con eso ya tiene una pena natural”, aseguró. Y pidió la absolución o bien el mínimo de la condena prevista para el homicidio culposo.
La abogada Claudia Sánchez, defensora de Ruiz, Luna y Aguilar destacó que sus clientes “me dijeron que están muertos en vida” por la acusación del crimen de Chirino. Y que estaba ejerciendo la defensa de “hombres de honor”.
“A las 0.15 Ruiz ya no estaba en el casino. Al otro día se encuentra con 37 llamadas perdidas y él nos dice que nunca relacionó la muerte de Chirino con la cena”. Según la defensora, su cliente “nunca se representó que ese encuentro pudo haber generado algún daño en esas personas”.
En su alegato buscó poner en duda los dichos de los subtenientes Chaile y de Meza. Y pidió que se tenga en cuenta “la verdad real de los hechos”. Y en relación al homicidio, dijo que “el dolo eventual no se pudo probar”. Y pidió la absolución por el beneficio de la duda de los delitos de homicidio y abuso de autoridad.
Matías Chirino y su papá Ezequiel.Leonardo Monti, defensor de Luna, sostuvo que en el caso existe “una cascada de contradicciones y mentiras que no pueden ser gratuitas” e hizo referencia a la “memoria selectiva” de Chaile. Según su relato del hecho “esa madrugada Chaile fue a buscar al casino una bandeja con carne” para comer en la habitación. Y que eso “es una causa ajena que incrementa el riesgo y genera el deceso de Chirino”.
Se quejó por los montos de las penas que plantearon la querella y la Fiscalía. “Pedir penas cercanas al máximo no guarda proporcionalidad y razonabilidad”, argumentó.
El abogado Armando Aquino Britos, representante de Cayata y Bautista, “habló de deficiencias probatorias” y que no hubo una acusación precisa ni se determinó el rol que jugó cada uno de los imputados.
Para el abogado “lo que pasó con Matías es un acto de estupidez humana pero no un delito. Ser estúpido no es una expresión de culpa o dolo, sino un acto o acción que se siguen en función de un comportamiento de una institución que cree que lo que se está haciendo está bien”, argumentó.
Para Aquino Britos, Bautista tuvo una participación “tangencial” en el bautismo de los subtenientes porque ese día tenía asignado el rol de oficial de servicio del cuartel.
“Lo que pudo haber existido es una imprudencia o negligencia por parte de quienes tuvieron bajo su dominio el hecho”, agregó. Y pidió la absolución tanto de Bautista como de Cayata “porque no tuvieron nada que ver” con la muerte de Chirino.
El miércoles, la querella había pedido 21 años de cárcel para los siete imputados por homicidio simple con dolo eventual y abuso de autoridad; y nueve para los otros dos, a los que se les adjudica una responsabilidad secundaria. Por su parte, la Fiscalía fijó sus pretensiones en 20 y ocho años, respectivamente.
Misiones. Corresponsal
MG