Daniel «La Tota» Santillán, uno de los animadores más conocidos de la música tropical, fue encontrado muerto este domingo en su casa de Castelar. Tras los trabajos de los peritos, se conocieron las primeras imágenes de la casa del animador tras el incendio que sembró un manto de dudas sobre la causa de su muerte.
Las primeras imágenes del interior, tras el incendio que le costó la vida, revelan un lugar devorado por las llamas y el humo, donde las paredes ennegrecidas y los muebles carbonizados fueron testigos de los últimos momentos del reconocido productor.
En una de las habitaciones, donde aún se distingue una ventana con las persianas cerradas, la destrucción es evidente. Las cortinas que alguna vez cubrieron el cristal cuelgan en jirones, consumidas por el fuego, mientras las paredes alrededor de la abertura están cubiertas por un manto negro de hollín.
Así quedó por dentro la casa de La Tota Santillán tras el incendio.Un pequeño sillón azul parece haberse resistido parcialmente a las llamas, aunque las huellas del humo son claras. Sobre el marco superior, se pueden ver los restos de lo que fue una unidad de aire acondicionado, ahora sólo un esqueleto carbonizado, colgando de los cables, como si también hubiera sucumbido al calor abrasador que invadió la vivienda.
Según pudo confirmar TN Show, Ricardo Daniel Carías, el nombre real del referente de la movida tropical, murió de un “síndrome asfíctico”.
Además, se determinó que tenía casi el 90% de su cuerpo quemado.
Por otro lado, el parte de la Justicia aclara que los restos de La Tota no tenían ningún indicio de que se haya tenido que defender de una agresión ni había objetos faltantes en su hogar, por lo que las hipótesis de su muerte siguen acercándose a las de un suicidio.
Así quedó por dentro la casa de La Tota Santillán tras el incendio.La escena en el comedor no es menos impactante. Lo que alguna vez fue un espacio de reunión ahora se lo ve convertido en un cuarto sumido en penumbras, con sus paredes cubiertas por la misma capa de tizne oscura.
En el centro, una mesa aún se mantiene de pie, cubierta por un mantel azul, un vestigio tal vez de lo último de la normalidad que habitaba en el hogar antes del siniestro. Las sillas que la rodean están dañadas, y el aire cargado aún parece oler a quemado, a pesar de la oscuridad que dejó el paso del fuego. Al fondo se distingue a uno de los peritos que trabajó en la investigación.
La imagen más estremecedora es la del sillón en la sala. O lo que queda de él. Hoy no es más que un armazón carbonizado, reducido a cenizas. El relleno se convirtió en polvo, y la estructura metálica y de madera apenas se mantiene en pie, deformada por el calor intenso.
Así quedó por dentro la casa de La Tota Santillán tras el incendio.La pared detrás de este mueble revela el punto más crítico del incendio, con marcas de fuego que suben desde el suelo hasta el techo, como si el calor hubiera intentado consumirlo todo sin dejar rastro.
Cabe recordar que una de las versiones de la muerte de Santillán habla de un desperfecto eléctrico en la propiedad que habría desencadenado un incendio y su posterior fallecimiento. Sin embargo, otras indican que Daniel, quien estaba medicado por su bipolaridad, se habría quitado la vida, provocando él mismo aquel fuego.