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Resistencia
17 octubre, 2024

Tres detenidos por explotar laboralmente a sesenta africanos en condiciones insalubres

La Guardia Civil, ha detenido a tres hombres acusados de explotar a alrededor de 60 temporeros extranjeros en situación de extrema vulnerabilidad, procedentes del norte de África. Estos habían llegado a La Rioja para trabajar en la campaña de la vendimia.

Los migrantes, 15 de ellos en situación irregular, vivían en condiciones insalubres en un chalet ocupado ilegalmente bajo la constante amenaza de perder su único sustento.

Condiciones extremas

Un total de 48 agentes de la Guardia Civil, con apoyo de drones del Equipo Pegaso, han participado en la llamada operación «Espasmo», en el marco del «Plan de actuación contra la Trata de Seres Humanos y la Explotación Laboral». Una actuación que se puso en marcha a finales de septiembre después de saberse que un temporero había sido obligado a vivir en una vivienda en Villamediana de Iregua (La Rioja), durante la temporada de la vendimia.

La casa estaba medio abandonada y carecía de higiene y ventilación adecuadas. Además, los trabajadores debían pagar entre 120 y 140 euros al mes por dormir en colchones en el suelo. Los agentes también descubrieron que uno de los habitantes de la vivienda, un ciudadano procedente de Senegal, había sido atropellado y agredido por negarse a trabajar en la vendimia por seis euros diarios.

Organización criminal

Al parecer, el chalet era propiedad de una entidad bancaria y por ello, estaba ocupado ilegalmente. Los agentes observaron que varias furgonetas salían de la casa cada mañana cargadas de temporeros, para trasladarlos a varias viñas situadas en Briñas (Álava), Logroño (La Rioja) y Mendavia (Navarra). Los vehículos realizaban paradas estratégicas y adoptaban medidas de seguridad para evitar ser seguidos.

El chalet donde vivían se encontraba en condiciones insalubres.

El chalet donde vivían se encontraba en condiciones insalubres. / GUARDIA CIVIL

Cuando la Guardia Civil registró la vivienda, hablaron con los temporeros y los informaron de sus derechos laborales. Así, estos pudieron denunciar las precarias condiciones en las que vivían y trabajaban. Revelaron que trabajaban en jornadas de nueve horas por ocho euros, con un descanso de apenas quince minutos, y que debían pagar tanto el transporte a las viñas como las bombonas de butano para cocinar, lo que agravaba aún más su precaria situación.

Los tres detenidos, con edades comprendidas entre 44 y 52 años, están acusados en diferentes grados de participación, de delitos contra los derechos de los trabajadores, lesiones y omisión del deber de socorro.

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