Moncloa pone en la rampa de salida al periodista José Pablo López para presidir RTVE más politizada que nunca. El acuerdo entre el Gobierno y sus socios parlamentarios para hacerse con el control del Consejo de Administración ha permitido el desembarco en la corporación de perfiles vinculados al PSOE, Sumar, ERC, Junts, PNV y Sumar. En total, nueve de los once consejeros que serán nombrados por el Congreso ocupa o ha ocupado cargos partidistas o ha integrado una lista electoral.
La mayoría de investidura cristalizó una lista de candidatos este miércoles, poco después de ratificarse in extremis al decreto sobre RTVE salido del Consejo de Ministros la semana pasada. Se aprobó en un pleno extraordinario y envuelto en polémica, puesto que se celebró a petición de PSOE y sus socios parlamentarios contra el criterio de PP y Vox, que junto a Compromís se ausentaron del Hemiciclo durante el debate y votación después que sí se hubiera suspendido un pleno previo a causa del medio centenar de víctimas que ya se contaban a causa de la gota fría.
Entre los once perfiles propuestos para que sean nombrados por el Congreso hay cuadros que desembarcan directamente desde el Gobierno, como Esther de la Mata, propuesta por el PSOE, que pasa de la dirección de comunicación del ministro de Presidencia, Félix Bolaños. También la que fuera directora de Comunicación durante la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero, Angélica Rubio, ha sido propuesta por parte socialista, junto a las exconcejales de Sevilla y Madrid más vinculadas al mundo cultural, Mercedes de Pablos y Rosa León.
Sumar eligió a la exdiputada de los comunes Marta Ribas, después de proponer en un primer lugar a la periodista histórica de TVE Paloma del Río, que fue retirada en el último momento, una vez registrada oficialmente la lista, por la polémica que generó en verano, cuando fue acusada de transfobia por un mensaje que publicó la competición en los Juegos Olímpicos de una boxeadora argelina a quien no se le había permitido jugar en competiciones previas por presentar un cromosoma masculino. Después de registrar la lista firmada por el resto de partidos, Sumar registró un nombre solo con el de su nueva candidata, provocando un fuerte malestar en las filas socialistas, que afearon su cambio de criterio a última hora.
En Podemos presentaron a Mariano Minuesa, que fue en las listas de Pablo Iglesias a la Comunidad de Madrid; en ERC al exasesor de Oriol Junqueras Sergi Sol; Junts ha elegido a Miquel Calçada, que formó parte de las listas de Junts pel Sí en las catalanas de 2015 y un año después encabezó la candidatura de Convergència en el Senado como independiente; mientras, el PNV ha escogido la diputada de Geroa Bai en el Parlamento de Navarra, María Roncesvalles.
Dos ‘independientes’
Sólo hay dos nombres sin vinculaciones políticas previas, el de María Teresa Martín, histórica de la casa y exsecretaria general de CCOO en RTVE ya jubilada, y el propio José Pablo López. El periodista ya dirigió una televisión pública en 2017, cuando fue nombrado por unanimidad de los grupos en la Asamblea de Madrid para ponerse al frente de Telemadrid, hasta que fue cesado en 2021.
Después fue nombrado director de Contenidos de RTVE, cargo del que fue cesado el pasado abril después de elevar al Consejo de Administración el polémico fichaje de David Broncano, un contrato millonario que fue casus belli en la corporación y que se llevó por delante tanto a López, que fue cesado por la entonces presidenta interina Elena Sánchez, como a la propia Sánchez, que unas semanas antes de la polémica había acudido a a una reunión al Palacio de la Moncloa, donde le pidieron llevar a la televisión pública a la estrella televisiva para contrarrestar el control de la franja nocturna por parte de Pablo Motos, abiertamente crítico con el Gobierno.
Aquella polémica se debió a las dificultades que atravesó el Ejecutivo para lograr reunir las mayorías en el Consejo de Administración, que hasta ahora debía aprobar de manera colegiada todos los contratos superiores a dos millones de euros. Aquel fichaje salió in extremis, tras varios intentos, un aval de la Abogacía del Estado, el voto de calidad de la segunda presidenta interina, Concepción Cascajosa, y tras una negociación con el exvicepresidenta Pablo Iglesias para que su consejero lo apoyara a cambio de entrar en las tertulias de RTVE.
Unas dificultades que Moncloa ya no encontrará una vez entre en vigor el real decreto de RTVE, que diseña un sistema presidencialista donde el presidente tendrá plenos poderes para firmar todo tipo de contratos audiovisuales independientemente de su importe, disponiendo discrecionalmente de alrededor de 300 millones de euros para comprar programas con productoras externas.
Un papel para el que Moncloa se ha fijado en José Pablo López, abiertamente enemistado con Isabel Díaz Ayuso tras su cese en la televisión pública madrileña pese al incremento de audiencias que experimentó la cadena. El periodista es de la tesis de que la televisión pública y el servicio público no son incompatibles con las audiencias de masas y el entretenimiento. Una percepción que se hizo muy evidente en el fichaje de Broncano y que el propio expresidente de RTVE, Pérez Tornero, calificó como una forma de «telecinquear«.
Trámite exprés
La lista de nombres, que, no fue negociada con el PP, se presentó poco después de que el Congreso ratificase el decreto sobre RTVE, que se aprobó en un polémico Pleno con la mitad del Hemiciclo vacío y con un brevísimo debate.
El Gobierno buscó así acelerar la tramitación de urgencia del nuevo diseño de RTVE, que diluye al PP en el Consejo de Administración y rebaja las mayorías para poder renovarlo sin el apoyo de Alberto Núñez Feijóo. Para ello, eleva a 11 el número de consejeros elegidos por el Congreso, mientras reduce el peso del Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta y donde se prevén elegir 4 de los 15 miembros totales.
La celeridad que está impulsando el Gobierno para llevar a cabo la renovación de RTVE hará que los consejeros propuestos por el Congreso comparezcan la semana que viene para que puedan ser votados en tiempo exprés, en el Pleno de la semana siguiente.
Los tiempos del Senado no están todavía establecidos, aunque el decreto publicado en el BOE obliga a que su presidente, el senador popular Pedro Rollán, active los mecanismos de elección en los 15 días siguientes a su publicación en el BOE (el jueves de la próxima semana) y fija su elección para los 15 días posteriores.
Cambios de última hora
La lista presentada por el Gobierno y sus socios tenía un reparto cerrado desde antes incluso de que el Consejo de Ministros aprobase el decreto, aunque uno de los nombres cambió a última hora. Sumar, que en un primer momento propuso a la periodista histórica Paloma del Río, un clásico en la narración deportiva de la corporación, después de que en verano fuera acusada de tránsfoba por un mensaje que lanzó en redes sobre una boxeadora argelina a la que se le había prohibido participar en competiciones anteriores por presentar el cromosoma masculino.
En la lista registrada en el Congreso y firmada por todos los partidos sigue figurando este nombre, aunque Sumar registró a última hora un único nombre, el de Marta Ribas, para sustituirla. Un contratiempo que generó cierto malestar en el PSOE, que no vio con buenos ojos el cambio de última hora por no estar consensuado con el resto de grupos. No obstante, se prevé que el cambio salga adelante.
En un primer momento, el Gobierno también barajó la posibilidad de mantener en el Consejo de Administración a la actual presidenta interina, Concepción Cascajosa, nombrada a propuesta del PSOE, en reconocimiento a su labor, después de afrontar los meses más difíciles al frente de la corporación pública tras la crisis desatada por el polémico fichaje de Broncano.
En este tiempo, la presidenta interina ha cumplido disciplinadamente las directrices del Gobierno y llegó a frenar su propia destitución para dar tiempo a que Moncloa tuviera listo el decreto de renovación de RTVE, que perpetúa y amplía el control del Gobierno sobre la corporación pública. Pese a que esta opción se contempló, el acuerdo entre los distintos socios incluía que la renovación del órgano fuera total, sin que ninguno de los consejeros de la etapa anterior pudiera ser renovado.