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Resistencia
14 octubre, 2024

Interna sindical: renunció el kirchnerista Mario Manrique a la conducción de la CGT

“Esta CGT a mi no me representa”, sentenció la semana pasada Mario Manrique, hasta ahí secretario Gremial de la central obrera peronista. El sindicalista, que había lanzado muy duras criticas a sus pares de la cúpula cegetista, presentó su renuncia a su cargo en la CGT este lunes.

Eso sí: en su nota de renuncia no hace ningún cuestionamiento la CGT. Alega que es por un cúmulo de tareas y responsabilidades. «Se fue silbando bajito», bromean entre sindicalistas.

Su salida no significa que el poderoso gremio de los mecánicos (SMATA) también deje la CGT. La Secretaría Gremial que hasta ahora ocupó Manrique estará ahora en manos de Laura Lorenzo, quien pertenece al mismo sindicato.

En la interna sindical, Manrique está alineado con el kirchnerismo. En la actualidad es diputado nacional por la provincia de Buenos Aires. Llegó a su banca gracias al jefe de La Cámpora, Máximo Kirchner, y no por juego propio ni por el apoyo de la central sindical.

“La CGT se convirtió en cuatro o cinco dirigentes que discuten a escondidas”, había cuestionado Manrique la semana pasada al ala dialoguista de la central sindical.

Otras épocas, Cristina Kirchner con los sindicalistas Pignanelli, Plaini, Moyano, Siley y Manrique. Foto: Emmanuel Fernández.Otras épocas, Cristina Kirchner con los sindicalistas Pignanelli, Plaini, Moyano, Siley y Manrique. Foto: Emmanuel Fernández.«La CGT se enoja cuando en momentos electorales la política la dejan de costado, pero nunca asume un compromiso, siempre están navegando en ese río del medio a ver en qué orilla se paran según la conveniencia de algunos actores”, había agregado.

Su salida fue, entonces, el final de una crónica anunciada.

Eso si: en su nota de renuncia no hace ningún -absolutamente ninguno- cuestionamiento a la CGT.

En el texto, al que accedió Clarín, sostiene que renuncia a su cargo «debido al cúmulo de tareas y responsabilidades que actualmente tengo como diputado nacional y como secretario general adjunto de SMATA, lo cual hace imposible que continúe en el cargo con la responsabilidad y dedicación que éste merece».

En otro párrafo hace mención a que Laura Lorenzo lo reemplazará interinamente. Después se pone a disposición de los dirigentes de la CGT y se despide con un «los saludo muy atentamente».

En criollo: no hay palos ni críticas a nadie.

En la CGT el tono de la nota de renuncia no causó sorpresa. Es que como queda claro en el texto, el que se aleja es Manrique y no el gremio.

SMATA es conducido por Ricardo Pignanelli, un sindicalista que se muestra en sintonía con el resto de la conducción de la central obrera y que por estas horas enfrenta problemas más concretos que los posicionamientos políticos dentro del sindicalismo: negocia con las automotrices para que no haya despidos o suspensiones.

Manrique enfrenta una posición de debilidad dentro de SMATA, dijeron las fuentes consultadas.

Su caso es similar al de Pablo Moyano, quien la semana pasada se reunió de manera sorpresiva con Cristina Kirchner en el Instituto Patria. El encuentro fue justo después de que la ex presidenta anunciara que pretende conducir el Partido Justicialista. Con su visita, el camionero dejó en claro de qué lado juega en la interna peronista.

Al igual que Manrique, Moyano hijo es crítico de sus pares de la conducción cegetista. El camionero también amaga con renunciar a la central.

Cristina Kirchner con los sindicalistas Graciela Aleña, Pablo Flores, Pablo Moyano y el hijo de éste, Nicolás, y el camporista Mariano Recalde.Cristina Kirchner con los sindicalistas Graciela Aleña, Pablo Flores, Pablo Moyano y el hijo de éste, Nicolás, y el camporista Mariano Recalde.El juego de las semejanzas sigue. Pablo Moyano tampoco tiene un rol relevante dentro del gremio que conduce su padre. Por eso, en caso de que decida abandonar su puesto de triunviro cegetista, Camioneros igual continuará dentro de la CGT.

En medio de la disputa por el control del PJ, Cristina busca sumar apoyos de diferentes espacios, como el sindical. Más allá del juego de alguno de sus miembros, la mesa chica de la central obrera siempre se ha mostrado infranqueable para el kirchnerismo.

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