Desde que se cerró el acuerdo porteño entre La Libertad Avanza y el PRO para la boleta de senadores y diputados por la Ciudad, los libertarios insistieron para que haya un encuentro y una foto entre Karina Milei y Mauricio Macri. El expresidente, que fue clave para cerrar la alianza a pesar de la reticencia de su primo Jorge Macri y de María Eugenia Vidal, entre otros, aceptó finalmente ir a la residencia de Olivos el miércoles por la noche a dialogar con el Jefe. Pero no aceptó fotos. Le parecía demasiado. Al otro día, tanto ella como él blanquearon el encuentro con dos posteos en redes sociales con distintos tonos: ella marcando a fuego los “amigos” y enemigos de la Casa Rosada; él apelando a apoyar “el cambio” y exaltando que fue una “buena reunión” (la primera a solas en rigor).
Todo este movimiento obligó a Macri a transformarse, quizá sin buscarlo, en un equilibrista. Consideró que el PRO, con un rejuntado de Juntos por el Cambio, iba camino a una mala elección y no quería volver a perder con LLA como en mayo. Y, además, piensa que buena parte del histórico electorado macrista ahora es mileísta.
Aunque el expresidente es consciente del malestar interno que hay en un sector de la tropa amarilla. En la última cumbre del PRO en la sede partidaria de Balcarce al 412 se pudo ver: hubo pedidos para tomar distancia de los libertarios. Fueron casi tres horas. Un símbolo: la diputada, antes todoterreno y ahora invisible, Silvia Lospennato se conectó por Zoom y ni siquiera prendió la cámara. Desde la derrota en CABA que está furiosa: armó un grupo de WhatsApp paralelo llamado Macristas y sigue asegurando que la dejaron “sola” cuando se enfrentó a Milei.
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Como sea, algunos a viva voz (como el intendente de Junín, Pablo Petrecca, que terminó yendo con la UCR), y otros por lo bajo, sienten incomodidad, y hasta disgusto. En las redes se puede ver nítidamente: muchas de las cuentas con más seguidores en Twitter que vienen defendiendo hace largos años a Macri esta vez mostraron su decepción.
Pero además tampoco era la opción ideal para el jefe de Gobierno, quien había habilitado a Daniel “el Tano” Angelici y a Vidal para que rearmen JxC en la Ciudad.
Los nombres que puso sobre la mesa el PRO fueron el exsecretario general de la Presidencia, y mano derecha de Macri, Fernando de Andreis, y la abogada, con una silla en el Consejo de la Magistratura, Jimena de la Torre. El primero ya pasó el filtro libertario (está descartado Darío Nieto, quien seguirá como legislador porteño), pero la abogada batalla por ser candidata: su mala relación con el viceministro de Justicia, Sebastián Amerio, con quien comparten el organismo que elige y juzga jueces, le levantó un veto libertario.
Con todo el PRO estará con LLA en ocho provincias: CABA, Provincia, Tucumán, Tierra del Fuego, Entre Ríos (asoma Joaquín Benegas Lynch, hermano de Bertie), Misiones, La Pampa y Río Negro.
Mientras tanto, Vidal ya piensa en la reconstrucción de un PRO. Por ello, tras anunciar que declina cualquier aspiración de candidaturas este año (con un video grabado el jueves en su despacho en plena sesión), no dejará el partido y, por el contrario, saldrá a hacer campaña para acompañar a los candidatos amarillos que no se mezclaron con el violeta. Por caso, en Santa Fe estará con Gisela Scaglia, la vicegobernadora que será candidata a diputada. O con los candidatos de Despierta Chubut, la marca que lleva el gobernador “Nacho” Torres.
Tras la difusión pública de su decisión, su celular de inundó de mensajes. El propio Torres fue uno de ellos. Pero también la llamó el gobernador radical Maximiliano Pullaro con una consulta: si estaba para ser candidata por otra fuerza. La misma sorpresa se llevó cuando el gobernador correntino Gustavo Valdés y hasta Angelici se comunicaron con ella.
La exgobernadora realizará varias entrevistas en los próximos días, dejando planteadas tres ideas directrices: que no dejará el PRO (se quedará como presidenta de la Fundación Pensar) y que quiere que haya renovación. En segundo lugar, captar “desencantados” pensando en la reconstrucción partidaria silenciosa (en su video dijo que “a todos los que hoy están enojados, decepcionados o frustrados: los entiendo”). Y seguir marcando diferencias siendo una oposición constructiva. Dio la primera muestra el jueves: votó a favor de la iniciativa para darle fondos al Hospital Garrahan.
Paralelamente, Jorge Macri, por una sugerencia de Fernando de Andreis, decidió sumar a un nuevo publicista para el mundo PRO. Se trata de Rodrigo Figueroa Reyes, quien trabajó más de 20 años con el histórico David Ratto, quien fuera uno de los creativos más importantes del país.
Aunque en los últimos años Figueroa Reyes se dedicó al gaming, en estas semanas comenzó a trabajar como publicista para la Ciudad en la curaduría de todas las campañas publicitarias que tiene el Gobierno porteño. Pero no se ocupará de la comunicación. En otras palabras: no será el reemplazo de Antoni Gutiérrez Rubí, el gurú catalán que salió eyectado tras la derrota electoral.