Sin dudas se trata del enfrentamiento menos pensado. Y queda en evidencia cuando se escuchan los lamentos de varios ejecutivos de los bancos que se preguntan: ¿y las políticas liberales donde están?
El interlocutor de iProfesional piensa en las últimas decisiones adoptadas para evitar que los pesos sobrantes vayan al dólar, atraídos como las moscas a las bombitas de luz, y comienza a pensar que medidas como subir los encajes obligatorios de las entidades bancarias por segunda vez durante el mes de agosto, es una medida intervencionista.
Se tensa la relación de Javier Milei y Luis Caputo con los bancos
Algunos hasta hablaron de “corralón” bancario, rememorando las malas experiencias de la gestión de Domingo Cavallo bajo el gobierno de la Alianza a fines de 2001.
Rápido de reflejos para ahuyentar recientes fantasmas de nuestra escabrosa historia económica, el secretario de finanzas, Pablo Quirno, utilizó el feriado largo para rechazar ese supuesto “corralito” que denuncian en voz baja en la City financiera.
En este marco, Quirno prefirió culpar al periodismo por esos rumores y además agregó en un tuit: “No les vamos a dar la liquidez en bandeja a las entidades financieras. Tienen que aprender a administrarla”, advirtió a los banqueros, poniendo en blanco sobre negro, la tensión existente entre la banca y el Palacio de Hacienda que el ministro Luis Caputo se empeña en desconocer.
Lo cierto es que el jueves subieron los encajes, parte de los depósitos de los clientes que los bancos y billeteras virtuales transfieren a cuentas corrientes abiertas por estas entidades en el Banco Central para garantizar la provisión de efectivo para los clientes ante un retiro masivo de depósitos, luego que la licitación de deuda del miércoles pasado no cumpliera con lo pensado por las autoridades.
Por ese motivo se incrementó el dinero congelado que no pueden utilizar ni los bancos ni el Banco Central, y, prácticamente, obligó a comprar con esa plata inmovilizada los bonos del estado que no adquirieron en un primer momento. El miércoles 13 de este mes, la secretaría de Finanzas informó que en la licitación se adjudicaron $9 billones de $16 billones que tenía que renovar. El resultado dejó un rollover de apenas el 61% de la deuda y billones de pesos sueltos, que temieron irían rápidamente al dólar, generando una devaluación de la moneda nacional.
En las últimas horas, como informó iProfesional, el Tesoro nacional absorbió cerca de $3,8 billones, frente a los casi $6 billones que se había propuesto recaudar. La licitación, que no formaba parte del calendario habitual, se lanzó tras el vencimiento del miércoles pasado por $15 billones, de los cuales solo pudo renovarse alrededor del 60%.
Al respecto, Quirno confirmó que se adjudicaron $3,78 billones a través del bono con tasa TAMAR, cuyo vencimiento será el 28 de noviembre. La colocación incluyó una tasa adicional del 1% para atraer a los inversores. Esa tasa recolectó más críticas de los dirigentes bancarios, que explicaron que “es una estrategia peligrosa porque pone en riesgo la solvencia del sistema y es un antecedente negativo de la próxima subasta de bonos que tienen fecha de vencimiento la semana venidera”.
La decisión del Gobierno de subir los encajes no es gratis para el sistema productivo nacional y para los tomadores de crédito. La suba de tasas es inclemente y la recesión continuará incluso más allá de las elecciones nacionales del mes de octubre. La polémica medida que encendió la mecha de la conflagración con los bancos seguirá vigente hasta el 28 de noviembre, por lo que la administración de Milei entiende como prioritario mantener la inflación a raya hasta fin de año.
El escalonamiento de los encajes hacia arriba se aceleró en el octavo mes del año. En julio, el BCRA anticipó que el 1º de agosto los subiría del 20% (en el que se encontraban desde noviembre de 2024) al 30%. Pero fue mayor, finalmente, pasaron al 45%, más que duplicándose en quince días, para volver a aumentar otros 5 puntos solo dos semanas después.
En este escenario, los funcionarios de Economía aceptaron pagar tasas enormes que casi triplican la inflación, sacrificando el crédito, en una decisión que afectará aún más a la golpeada economía real. En la calle, este cronista no encuentra para su medio, un solo negocio que de plata que sea digno de informar.
Los bancos, la nueva “casta” para el Gobierno
La decisión de la administración Milei de sostener el valor del dólar y bajar el índice de costo de vida a como de lugar, lleva a la pelea con los bancos a una nueva dimensión y en la Casa Rosada ya colocan a los banqueros como parte de la “casta” que hay que combatir.
Si los integrantes más conspicuos del denominado “círculo rojo”, como los ejecutivos de Techint, Arcor, Molinos, Clarín, ya recibieron ese mote cuando intentaron aumentar los precios de sus productos por el aumento del precio del dólar de fines de julio, ahora, se suman los dirigentes empresariales más conocidos del mundo de las finanzas.
Julio parece ser el mes en el que los banqueros se suman a la “casta” que los libertarios dicen rechazar y que integran, además de los citados más arriba, los industriales siderúrgicos y las cámaras empresariales en general. En su tribuna preferida, los estudios del presentador Alejandro Fantino, en el canal Neura, en julio de 2024, Milei denunciaba que algunos bancos “intentaron sabotear al Gobierno, pero les fue mal”.
Un año después, la mala onda con los bancos es total y excede al mes de julio, por lo que los ecos de esta batalla, se escribirán durante los próximos meses sin posibilidad que haya una tregua. Al menos hasta que las elecciones de octubre arrojen su veredicto.