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Resistencia
13 agosto, 2025

Así se llevaron al exmarido de Julieta Prandi para que cumpla su condena

La jornada que marcó un antes y un después en la vida de Julieta Prandi y en su larga pelea judicial contra su exmarido, Claudio Contardi, culminó con una escena cargada de simbolismo. Minutos después de escuchar la condena a 19 años de prisión por delitos vinculados a violencia de género y abuso, el hombre fue retirado del lugar por efectivos de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI), escoltado hacia un futuro tras las rejas.

El operativo se realizó sin estridencias, pero con un fuerte peso emocional. Contardi fue conducido hasta un automóvil particular, de apariencia común, que aguardaba en la puerta del edificio judicial. Lo sentaron en el asiento trasero, con custodia policial, y llevaba la cabeza cubierta por una capucha que le tapaba el rostro. Desde allí fue trasladado al centro de Campana, donde deberá cumplir con los trámites administrativos y médicos de rigor propios de una detención de estas características.

Una vez completado ese procedimiento, el exmarido de la modelo será derivado a la Alcaldía Jurisdiccional, donde permanecerá alojado mientras se define su destino definitivo dentro del sistema penitenciario bonaerense. El traslado y la forma en que se concretó el arresto reforzaron la imagen de cierre de una etapa que Prandi atravesó durante años con dolor, denuncias públicas y una exposición mediática que buscó visibilizar su caso.

A la salida del tribunal, la conductora y modelo no ocultó su emoción al hablar con los medios. “Siento que finalmente la Justicia no solo me escuchó a mí sino a una sociedad que estuvo de este lado. En nombre de todas las víctimas de violencia de género y abuso, esto tiene que marcar un precedente, un antes y un después. No puede ser un infierno tener que denunciar y demostrar lo que uno vivió, sometiéndose a una infinidad de pruebas. Espero que a partir de ahora las condiciones para las víctimas cambien, porque sino, en el medio las víctimas desisten porque no pueden más, o nos matan”, expresó con la voz firme, pero conmovida.

La sentencia contra Contardi es el resultado de un extenso y complejo proceso judicial que incluyó testimonios, peritajes y audiencias en las que Prandi debió revivir momentos traumáticos. Para ella, la condena representa más que un fallo judicial: “Siento que hoy empiezo a vivir. Empieza una segunda etapa de mi vida, en la que puedo elegir y ser feliz. Salir a la calle y no tener que mirar para todos lados si hay un auto sospechoso”, afirmó, dejando en claro que por primera vez en mucho tiempo podrá dejar atrás el miedo.

En relación a sus hijos, la modelo reveló que atraviesan un momento difícil: “Están cayendo en lo que pasó. Yo se los había ocultado, pero ya les conté todo”. Sus palabras dejan ver que la herida no se cierra con una condena, pero sí que el proceso judicial abre la posibilidad de reconstruir una vida sin la amenaza constante de su agresor.

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