El 26 de mayo de 2000 el mundo entero estaba encerrado en sus casas por la pandemia de Covid y los aviones de todas las líneas aéreas, con excepción de los vuelos sanitarios, estaban en tierra. En aquel contexto de cierre de aeropuertos y todo tipo de operaciones comerciales, la aerolínea LATAM pidió su concurso preventivo en Estados Unidos (denominado Capítulo 11) para hacer frente al pago de deudas que por entonces rondaban los 10.000 millones de dólares. La cotización de sus ADR en la Bolsa de Nueva York quedó suspendida.
Casi cuatro años y medio después, con el concurso resuelto, la empresa donde mandan las familias Cueto y Amaro junto a otros accionistas minoritarios regresó a la cotización pública en Wall Street: el lunes se concretó el “toque de campana” que encabezaron el CEO de la empresa, Roberto Alvo (quien llevó adelante la reestructuración de los pasivos) y el presidente, Ignacio Cueto. “Hoy estamos empezando un nuevo capítulo”, dijo el empresario.
Roberto Alvo (CEO) e Ignacio Cueto (presidente) de LATAM Airlines en la bolsa de Nueva York.A lo largo del lunes, concretaron una serie de presentaciones ante los inversores de EEUU, donde anticiparon que esperan conseguir una ganancia operativa (antes de pago de deudas financieras e impuestos) de entre 3.000 y 3.150 millones de dólares. Y confirmaron que tienen órdenes de compras por 125 aviones nuevos de acá a 2030: 106 de fuselaje angosto y 19 de doble pasillo.
Actualmente, LATAM cuenta con 341 aeronaves: 56 aviones de pasajeros Boeing (modelos 767, 777 y 787) y 263 aviones Airbus (modelos A319, A320, A320neo, A321 y A321neo), además de una flota de aviones de carga, el cual desde hace al menos dos décadas es una de las patas en las que esta empresa basa su negocio.
La línea aérea, producto de la fusión entre LAN y TAM durante la década anterior, tiene filiales en sus países de origen (Chile y Brasil) así como en Colombia, Ecuador y Perú.
La filial de Argentina fue cerrada en junio de 2020, semanas después de que la empresa entrara en concurso preventivo, y sus casi 1.800 trabajadores fueron cesanteados e indemnizados. Desde entonces, los aviones de LATAM Chile, Brasil y Perú incrementaron sus frecuencias hacia el país, tanto en Ezeiza y Aeroparque como en varios de los aeropuertos del interior.