Huracán vuelve a jugar en casa y lo hace con la necesidad de levantar cabeza. El empate con San Lorenzo dejó gusto a poco y la eliminación en la Sudamericana frente a Once Caldas todavía pesa, pero el equipo quiere refugiarse en su gente para enderezar un semestre irregular y empezar a sumar puntos importantes en el Clausura. El desafío no es menor: tendrá enfrente a un rival con el que ya se conocen bien, Vélez.
Del otro lado, el Fortín vive un presente completamente distinto. En Liniers todo es alegría: viene de levantar la Supercopa Argentina ante Central Córdoba y acumula cinco victorias seguidas entre torneo y copas. La confianza está por las nubes, aunque en el horizonte aparece un desafío todavía mayor: los cuartos de final de la Copa Libertadores frente a Racing.