Ruth Chepngetich hizo historia el domingo con una impresionante actuación en el Maratón de Chicago, con la que pulverizó el viejo récord mundial y se transformó en la primera mujer en bajar las dos horas y 10 minutos en los 42,195 kilómetros. La marca de 2h09m56 -casi dos minutos menor que la que había establecido Tigst Assefa hace poco más de un año en Berlín– le permitió terminar 11ª en la clasificación general (solo superada por diez hombres) e impresionar al mundo del deporte. Pero cuando pasó el asombro inicial y hubo tiempo de hacer un análisis más profundo, algunas voces autorizadas del atletismo argentino destacaron que el tiempo que consiguió la keniata fue un paso más en la progresión que vienen evidenciando las atletas en esa prueba, que no se detendrá.
«El récord sorprendió», fue la primera reflexión de las maratonistas Daiana Ocampo y Mariela Ortiz y el entrenador Fernando Díaz Sánchez ante la consulta de Clarín.
«Si bien la comunidad atlética siempre espera que se rompan los récords, lo que conmovió a todos fue la contundencia con la que Chepngetich lo hizo. Llegó exhausta a la meta, pero habiendo bajado rotundamente la anterior marca mundial», analizó Ortiz, una de las grandes exponentes del maratón albiceleste.
«Ella largó el maratón con un plan de carrera arriesgado, pero pensado para lograr el récord. Todos vimos con sorpresa el ritmo vertiginoso de cada parcial y el proyectado que arrojaban esos datos y la vimos avanzando incluso por delante de atletas varones de nivel. Fue un nuevo ejemplo de la supremacía africana en las pruebas de fondo a nivel mundial, que ha sido tema de estudio y debate por años, incluso en este momento en que está muy cuestionada por la gran cantidad de casos de doping positivo», agregó quien tiene como mejor tiempo en esta distancia las 2h42m11 del octavo lugar que consiguió en la cita de Buenos Aires de 2018.
«Como pasa en toda progresión, a medida que se va acercando a esos límites que parece que no se van a romper nunca, los tiempos se hacen más difíciles de bajar, pero eso no significa que sea imposible bajarlos. Ya lo vimos antes y ahora volvió a pasar», afirmó Ocampo.
«Lo sorprendente es que apenas pasó un año desde el récord anterior en septiembre del año pasado, que hizo Assefa en Berlín. Pero Chicago demostró una vez más que tiene un recorrido perfecto para romper marcas», continuó la pilarense, que fue 41ª con 2h32m02 en su debut olímpico en los 42,195 kilómetros, en París 2024.
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Ruth Chepngetich marcó un brutal nuevo récord mundial en el Maratón de Chicago
El trazado de la Ciudad del Viento fue, como dijo Ocampo y reafirmó Díaz Sánchez, el ideal para la hazaña de Chepngetich.
«Chicago viene siendo el maratón más rápido de América. Ubicado en una época excelente, tanto para el calendario boreal como austral, y con un nivel extraordinario de participantes de alta performance. (Kelvin) Kiptum hizo récord masculino el año pasado y ahora Chepngetich lo consiguió en mujeres», explicó el Jefe del Área de Medio Fondo, Fondo y Marcha de la CADA y responsable técnico de las maratonistas argentinas en Paris 2024.
«El tiempo es sorprendente. En parciales, las mujeres africanas -tanto keniatas como etíopes- vienen marcando 1h04 y fracción en el medio maratón. Este récord ya habla de una marca quizás un minuto por debajo de la proyectada del medio maratón. Como dato de color, el año pasado Assefa hizo 2h11m53 en Berlín. Y las 2h11m30 eran la marca olímpica de hombres para los Juegos Olímpicos de Tokio«, agregó.
Sin intención de quitarle mérito al enorme logro de la keniata de 30 años, que consiguió su tercera victoria en Chicago (después de 2021 y 2022), Ocampo puso en contexto esta nueva plusmarca.
«Existen dos tipos de récords homologados. Los conseguidos en carreras en las que solo participan mujeres o que no tienen pacers, en las que es la atleta contra su reloj y el recorrido. Ese récord hoy lo tiene Peres Jepchirchir (NdR: es de 2h16m16). Y después los que se hacen en una carrera como Chicago, en la que contás con una escudería de pacers que te marcan el ritmo metro a metro, te tapan el viento, se ponen en posiciones estratégicas para que gastes la menor energía posible. Chepngetich contaba con dos pacers que la acompañaron hasta el final de la carrera. Igual, fue increíble verla, salió a buscar la plusmarca desde el primer metro», distinguió la pilarense.
«Los métodos de entrenamiento y de recuperación van cambiando, también los entrenamientos, el calzado, la alimentación en carrera… Todo evoluciona y a medida que pasan los maratones, las chicas corren más fuerte. Los avances cada vez se notan más y se acercan a este tipo de números, que no se pueden creer y te vuelan la cabeza», continuó Ocampo, que tiene como mejor marca las 2h26m24 de Hamburgo 2024, con la que clasificó a París.
La actuación de Chepngetich el domingo fue un capítulo más de esa evolución, que, igual, es más «lenta» que la del maratón masculino, si de tiempos se habla. La keniata completó los 42,195 kilómetros en menos de dos horas y 10 minutos 57 años después de que el primer hombre superara esa barrera. Fue el australiano Derek Clayton en Fukuoka 1967 con 2h09m36. Y el nuevo récord femenino están aún lejos de la mejor marca masculina, las 2h00m35 que estableció Kelvin Kiptum también en Chicago el año pasado, cuatro meses antes de su fallecimiento en un accidente automovilístico.
Sin embargo, Díaz Sánchez miró más allá de los números fríos: «La mejora de las mujeres ha sido mucho más exponencial que la de los hombres. Quizás hasta esta marca, sus 2h10 no eran tan efervescentes como las de hombres, ya cercanas a las 2 horas. Pero el cambio ha sido muchísimo y el crecimiento, en minutos, ha sido enorme».
Mirando hacia adelante, los interrogantes son varios. ¿Será este récord de Chepngetich el techo del maratón femenino? ¿Seguirá el progreso? ¿Llegarán las mujeres algún día a pararse a la par de los hombres en cuanto a tiempos?
«Estamos siendo testigos de mejoras superlativas en cuanto al rendimiento de las mujeres en el atletismo en general, pero sobre todo en las pruebas de fondo, tal vez por el ingreso más tardío al maratón o por el análisis de los sustratos energéticos que permitirían a las mujeres utilizar más eficientemente el metabolismo de las grasas y también por la mejora de la tecnología en calzado deportivo. Lo cierto es que la mejora de las mujeres viene pidiendo pista en el escenario de esta prueba, incluso por encima de la hazaña de Eliud Kipchoge y la barrera de las 2 horas. Cada vez con más frecuencia mujeres de elite superan en carreras ampliamente a atletas varones también de excelente nivel», afirmó Ortiz, recordando el logro del keniata, que fue el primer hombre en correr un maratón en menos de dos horas, aunque su tiempo no fue homologado.
«Con las casi 2h14 que se hicieron pre pandemia (Brigid Kosgei en Chicago 2019) ya se abrió una nueva era en el maratón femenino, porque el atletismo de alto rendimiento en el mundo se mueve de formas totalmente diferentes a lo que conocemos. Viene produciéndose un avance tremendo en el calzado y su tecnología, los métodos de preparación, entrenamiento y recuperación, estímulos compartidos, fisiología del ejercicio… Y eso apunta a que esto va a seguir mejorando», analizó Díaz Sánchez.
Y concluyó: «No sé cuánto va a durar este récord. Las características de muchas de las atletas de hoy son muy similares. Quizás no habrá una mejora de dos minutos, como marcó Chepngetich, pero sí de 20 o 30 segundos cada uno o dos años, que no es menor. No creo que se llegue a tener paridad entre hombre y mujeres en tiempos. Pero me animo a vaticinar marcas femeninas con 4 minutos más que las masculinas, lo que sería algo tremendo».