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10 noviembre, 2024

Boca superó a River en el Superclásico femenino y sigue en la punta

Horas antes del inicio del superclásico femenino, las jugadoras de Boca, punteras e invictas en la Copa de la Liga, venían siguiendo el sorteo de la Copa Libertadores -el Xeneize es el único participante argentino-. “Por momentos cuesta separar las cosas”, dijo su arquera Oliveros. Sin embargo, cuando pisaron el césped del River Camp, cambiaron el chip. Como lo hacen los grandes equipos. Dejaron esa nube de ilusión suspendida, para que las aguantara un momentito más, y salieron a jugarle a su clásico de toda la vida con hambre y fútbol. Por esa determinación, el local no tuvo chance: Boca ganó por 3-1 y lo celebró con todo en terreno rival.

La primera jugada del partido, a los 15 segundos, fue un presagio de lo que se vendría: una victoria de punta a punta del CABJ. En ese momento no hubo alteraciones en el marcador, puesto que la arquera Esponda le atajó un mano a mano increíble a Urbani, pero el gol no tardaría en llegar. Antes de que se cumplieran los 8’, la filosa Dos Santos apareció por detrás de toda la defensa millonaria, definió y -favorecida por un rebote en la marcadora Reche- marcó el 1-0.

A River le costó despertarse. Mucho. Cosas simples, como juntar dos o tres pases saliendo del fondo, parecían ecuaciones imposibles de resolver. Y Boca, canchero para leer el estado del rival, lo apretó sin cesar en un intento por agravar esas falencias con pelota… pero también sin ella: de pelota parada, al igual que en el primer tanto, la capitana Mayorga estampó el 2-0. En el resultado, una diferencia corta. En el desarrollo, holgadísima. Parecía imposible que el local plantara cara. Menos aún cuando fue expulsada su defensora Melgarejo al final del primer tiempo. Pero el fútbol tiene cosas inexplicables…

Con 10, las dirigidas por Daniela Díaz jugaron muchísimo mejor. Desde lo actitudinal, sobre todo. Boca, hasta entonces firme e inteligente, se desdibujó un poco ante el sorpresón que le dio River. El gol de penal de Carolina Birizamberri sembró la duda, algunas llegadas con peligrosidad le dieron lugar al sueño de la heroica, pero la realidad azotó. Cerquita del final, cuando el local estaba desesperado por ese 2-2 que no parecía tan inalcanzable, un centro de Palomar y definición en soledad de Priori significaron el 3-1. El definitivo. Tres pepas, nuevamente (el último superclásico acabó 3-0 para el local en la Bombonera). Y, ahora sí, a pensar en la Copa.

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