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Resistencia
1 septiembre, 2025

Americup: Derrota para hoy, optimismo para mañana

La derrota de la Selección Argentina de básquetbol por 55-47 ante Brasil en la final de la Americup dejó al equipo de Pablo Prigioni sin la chance de revalidar el título de la edición anterior, pero no impidió que la joven formación albiceleste se lleve un aprobado con letras mayúsculas en el balance general del torneo. Actuaciones individuales destacadas, jugadores que dieron un paso adelante y dejaron en claro que liderarán el recambio y juveniles que mostraron que con trabajo podrán consolidarse en el plantel son los puntos altos que se trajo el cuerpo técnico del certamen en Nicaragua.

Los 47 puntos anotados en la definición ante Brasil, con un pésimo porcentaje de tiros de campo y muchos pérdidas dolorosas, contrastaron con la actuación del equipo en el torneo, en el que hubo muchos momentos de buen juego, química de conjunto y figuras que sacaron la cara por el equipo, para disimular la ausencia de los cinco nombres de Euroliga que por diferentes motivos no estuvieron en Managua pero que son piezas importantes en la actualidad y para el corto plazo: Facundo Campazzo, Gabriel Deck, Nicolás Laprovittola, Leandro Bolmaro y Luca Vildoza.

Sin los líderes naturales, la posta la tomaron José Vildoza, Gonzalo Corbalán y Juan Fernández, que mostraron su categoría en un nivel superior. El armador exhibió la eficacia de su tiro, sobre todo en la contundente victoria ante Cánada y el angustioso triunfo ante Puerto Rico, aunque le costó un poco más mostrarse como un conductor confiable. Pero su paso a la Liga ACB seguramente le permitirá sumar experiencia y rodaje ante rivales jerarquizados, para elevar aún más su rendimiento. Para el goleador chaqueño, el torneo sirvió para dejar en claro que tiene puntos en sus manos, variantes para lastimar a cualquier defensa y personalidad para convertirse en la primera opción ofensiva. Por edad, todavía le falta maduración, pero su crecimiento no parece tener techo. El interno, en tanto, mostró versatilidad en defensa y en ataque hasta convertirse en uno de los integrantes del quinteto ideal del torneo. Ante Colombia tuvo una actuación consagratoria y para la historia, pero lo más importante es que se mostró consistente a lo largo de todo el torneo. 

Nicolás Brussino y Juan Pablo Vaulet, los dos más experimentados, dieron lo que se puede esperar de ellos y cumplieron con su rol de acompañar el proceso. Ante las ausencias, el escolta podría haber asumido un papel más protagónico, aunque esa característica no está en su esencia de jugador y le cuesta asumirlo. Con kilos y centímetros de desventaja, Vaulet sacó su aprobado, más allá de que su tiro a distancia sigue siendo el talón de aquiles de su juego.

Los jóvenes pivotes Francisco Caffaro, Gonzalo Bressán y, en menor medida, Santiago Trouet exhibieron pinceladas de lo que pueden dar en el futuro. Por momentos compitieron de igual a igual con los grandes rivales e incluso pudieron doblegarlos. Pero también es cierto que en determinados pasajes pagaron cara la inexperiencia, y el equipo lo sufrió. Más allá de eso, mostraron fundamentos para ilusionarse en los próximos eventos. Lo mismo podría decirse del base Juan Ignacio Marcos, en su primer torneo grande. Le faltó la puntería habitual y que había mostrado en los amistosos, pero dejó su crédito abierto. Ni hablar de Alex Negrete, que se fue ganando los minutos con su defensa y su innegable capacidad anotadora desde una posición que en Argentina no siempre abunda.

Los más chicos del equipo, Dylan Bordón y Juan Bocca, no tuvieron demasiada acción, pero era algo lógico y esperable. Lo suyo fue para ganar experiencia, integrarse a un equipo mayor y empezar a conocer a compañeros y cuerpo técnico de cara a los próximos años. 

Por eso, más allá de la frustración de la derrota final ante los brasileños, con una producción por debajo de lo esperado, habrá que ver si en unos años este torneo no se convierte en una bisagra y un evento fundacional, como pudo ser el Premundial de Neuquén 2001 para la Generación Dorada o el Preolímpico de Lima para el equipo que luego sería subcampeón del mundo en China 2019. El tiempo será testigo.

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