Chiara Vargas es una tatuadora, de @ChiaraVgsTatto.ok, quien plasma a la perfección su arte en la piel de las personas, dialogó con republicadecorrientes.com y contó como transita en un mundo que no es nada fácil, el cual históricamente fue dominado por los hombres.
«Iniciarme en el mundo del tatuaje siendo mujer fue una decisión desafiante, ya que en el ambiente los máster son, en su gran parte de otro género. No se si solo a mi me pasó, pero eso algo que genera inseguridad. Me puse a pensar muchas veces si van a recurrir a mi o no van a darme siquiera la oportunidad de mostrar el talento que puedo tener. Pero, a mi alrededor tengo personas que, si no hubiese sido por ellas, quizá hoy no estaría tatuando», comenzó Vargas.
«Aparte del apoyo que recibí por parte de esas dos personas, que siempre fueron muy críticos conmigo puedo decir que, día a día voy mejorando a parte de los cursos y seminarios que realizo para perfeccionarme», agradeció la tatuadora.
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«Usaba el dibujo con un drenaje mental y pacífico en mi vida. Era un hobby, donde mi mente se liberaba de cualquier cosa que estaba pasando. Hoy, compartir mi arte y que a la gente le guste es la mejor experiencia», continuó la joven de 22 años.
«Al principio tenía inseguridades acerca de mi arte o lo que podía provocarle a alguien en la piel, siendo que un tatuaje es para toda la vida. Es como una figurita que lo ven todos, no te la sacas más, convivis con el. Siempre tuve ese temor de que le guste el tatuaje y haber cumplido con sus expectativas», dijo la joven correntina.
Luego de algunos tatuajes empecé a generar confianza en muchas personas, en su mayoría mujeres, que me contaban sus experiencias en otros estudios que, si bien algunos son profesionales, la conexión cliente-tatuador no era su fuerte y ahí fue cuando dije que iba a estar mi marca». CHIARA VARGAS, TATUADORA.
«Yo quise empezar de a poco, con cosas que me generaban confianza a mi para hacerlas e ir perfeccionandome, y así también brindar la mejor calidad de atención al cliente. Una sesión de tatuaje es como una sesión de terapia, las personas en una palabra se desahogan y conmigo tienen la total libertad de hacerlo, eso ayuda mucho en el momento que estoy causando alguna sensación de dolor», comentó la tatuadora.
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De acuerdo a los diseños con más demanda contó que «son los delicados o los que tienen algún significado espiritual. Los clientes se identifican con algún dibujo y quieren plasmarlo en sus pieles como algo simbólico algunas veces». «Hago diseños propios pero por lo general tatúo lo que la gente me proponga», agregó.
Para culminar, explica que es lo más importante que debe tener un tatuador o tatuadora, «La higiene del local, personal y como mínimo, un curso básico de seguridad sanitaria y de bases del tatuaje, porque una persona puede ser la mejor artista pero si descuida o desconoce algunos de lo que mencioné anteriormente, puede generar un daño irreparable en la gente o incluso causarle la muerte por una contaminación cruzada».
Redacción