Para Javier Milei asuntos como el cambio climático y la preservación del medio ambiente son inventos del comunismo para sojuzgar a la humanidad. Lo dejó en claro durante el primer debate de presidenciables cuando afirmó que “todas esas políticas que culpan al ser humano del cambio climático son falsas y lo único que buscan es recaudar fondos para financiar vagos socialistas que escriben papers de cuarta”.
En la misma línea de desinterés por el cuidado de la ecología, su candidata a vice Victoria Villarruel, consideró en una reciente entrevista televisiva que los parques nacionales son cajas políticas para contener a militantes con cargos públicos y de ese modo justificó el rechazo de La Libertad Avanza a la creación de nuevos parques.
El propio Milei había propuesto hace algún tiempo la privatización de los ríos como política para conservarlos, pintoresca teoría que retomó hace un par de semanas Alberto Benegas Lynch, señalado por el candidato de LLA como “un prócer del liberalismo” y orador del acto de cierre de campaña del libertario, quién propuso privatizar el espacio marino para cuidar a las ballenas.
La desconexión de Milei y de los libertarios del mundo con la agenda ambiental no es una novedad, es más bien una constante en las denominadas derechas alternativas (alt right) que abogan por un terraplanismo ecológico que los lleva incluso a negar una teoría científica largamente demostrada como la del cambio climático, lo que a esta altura equivale a negar la ley de gravedad.
El problema de los libertarios con la defensa del medioambiente es que simplemente no cuadra con el único marco teórico que manejan. Para Milei y los suyos el mundo es un gran mercado en el que todo se compra y todo se vende, incluso los niños y los órganos. Preservar una especie, cuidar el paisaje o conservar áreas naturales no tienen sentido dentro de esa lógica. Son inversiones sin retorno económico, un absoluto “nonsense”.
El asunto no es para nada menor desde la óptica de una provincia que conserva casi un millón de hectáreas monte nativo, que cuenta en su territorio con más de la mitad de la biodiversidad de todo el país, que alberga al parque nacional más visitado del país, el de Iguazú, que apuesta a un desarrollo que armonice los intereses económicos con la ecología y que encuentra en la defensa de la naturaleza a uno de sus rasgos identitarios más sólidos.
Siguiendo con su campaña de contrastes, Sergio Massa encontró en la política medioambiental argumentos para marcar diferencias con su rival electoral.
En el día en el que se cumplen 120 años de la creación del primer Parque Nacional en la Argentina llamó a defender y consolidar “una política ambiental” y criticó a quienes “quieren cerrar y hasta privatizar” estas áreas protegidas.
“Defendamos la biodiversidad. Defendamos los ecosistemas. Defendamos el derecho de las futuras generaciones a vivir en un ambiente sano. Defendamos, protejamos y consolidemos una política ambiental”, expresó Massa en un video que posteó en sus redes sociales.
“Hoy se cumplen 120 años de la creación del primer Parque Nacional en la Argentina. En un momento especial en el que algunos quieren cerrar y hasta privatizar los Parques Nacionales, donde dicen que el cambio climático es una mentira y que contaminar los ríos no es un problema”, finalizó.