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Resistencia
20 marzo, 2025

Los ciudadanos de a pie que acompañan el reclamo de los jubilados: No tenemos que ser cobardes

Las primeras expresiones de la movilización frente al Congreso se replegaron casi en su totalidad a la avenida Rivadavia, cuyos edificios ofrecieron la primera sombra de la tarde. Allí, pero también desparramados en otras zonas de la Plaza del Congreso, aparecieron los primeros manifestantes “de a pie” que, sin afiliaciones partidarias ni vínculos con las organizaciones gremiales o sociales que convocan, se funden con la protesta por los haberes de los jubilados.

Sentado de cara al edificio parlamentario, arriba de una alfombra y con dos botellas de agua fría para aguantar el golpe de calor, Lino Amado, de 57 años, se lamenta de que para las 14.30 la manifestación todavía no había tomado forma. Piensa que puede ser el resultado de una campaña de “amedrentamiento” que, asegura, fue lanzada desde el Ministerio de Seguridad para evitar una convocatoria nutrida. “Esta es la manera: pacífica, pero con determinación. No hay que darles argumentos”, afirma. Desde entonces, la protesta fue ganando volumen, pero el frente de la plaza se mantiene despejado.

Previa a la marcha de los jubilados en los alrededores del CongresoSoledad Aznarez

Para plantar sus reclamos frente al Congreso, Amado asegura que viajó especialmente desde Mar del Plata, donde trabaja como horticultor. Acompaña a los jubilados en su protesta, pero lo suyo excede las consignas de esta tarde. “Somos un país pobre y de rodillas porque los que nos gobiernan son todos ricos”, afirma. “Y hoy tenemos un jefe de Estado que te dice que la justicia social, o sea, los derechos nuestros, son una aberración”, agrega.

Meda Florián, junto a un manifestante, a la sombra de las vallas del CongresoSantiago Filipuzzi – LA NACION

Meda Florián, de 46 años, es peruana y está en el país desde hace 25 años. En 2006 perdió las dos piernas en un accidente. Trabaja como mantera vendiendo medias en Flores. Hoy, recostada a la sombra de una de las vallas que separa al Congreso de la Plaza, está “haciendo un reclamo personal” mientras golpea con una cacerola. Fue una de las primeras en llegar a la plaza. “Hay mucha discriminación. No respetan los derechos de las personas, cuando no están las cámaras te pasan por encima”, dice en relación a las fuerzas de seguridad, que, asegura, le han quitado su mercadería en más de una oportunidad.

Para las 16.30, por lo menos una treintena de personas la imitan y golpean el vallado con pies y manos.

La llegada de los primeros manifestantes a Constitución, camino al Congreso

En busca de una amiga, sobre la avenida Rivadavia va y viene con su bastón Armando Chávez, un jubilado con “30 años de aportes”. Cobra “un poco más de la mínima” y su reclamo pasa por el desfase entre sus ingresos y el costo de los medicamentos que toma para la diabetes. A modo de protesta, los lleva consigo en una bolsa. “No tenemos que ser cobardes”, dice, y lo repite con la voz agrietada.

Juan Carlos Gauna tiene 74 años y es jubilado hace 10. Como especialista en instalación de turbinas eléctricas, afirma haber trabajado para varias empresas y recorrido el mundo, especialmente Medio Oriente y Europa. “No quiero que vendan los recursos del país. Y quiero que el Fondo Monerario se vaya”, afirma, mientras enarbola una cartel con una leyenda dedicada al Presidente “Bocón, no se vende Argentina”.

“Chueco”, un hincha de Nueva Chicago, dice que se autoconvocó a la marcha con los colores de su club. Porta sobre su cabeza una imagen de la virgen. “Antes que hinchas somos parte del pueblo argentino, después queremos a los colores de nuestro barrio. La iniciativa la tuvo la gente de Chacarita, yo los felicité porque todos tenemos que estar acá, juntando los colores de nuestros equipos con los de la patria. Muchas hinchadas siempre cantan en contra de gobiernos que en vez de fomentar la felicidad del pueblo, lo hacen sufrir”, le dijo a LA NACION.

“Chueco”, llegó al Congreso con una imagen de la virgen y la camiseta de su club, Nueva Chicago

Los anillos del amplio operativo desplegado desde la mañana se reparten entre 900 policías porteños y más de 1000 efectivos que aportan las fuerzas federales que dirige la ministra Patricia Bullrich. El Congreso está vallado desde las primeras horas del día, y el rectángulo conformado por las 15 primeras manzanas que lo rodean está cerrado al tránsito vehicular. Hay, además, 600 agentes de tránsito afectados al operativo, según dijeron desde el ministerio.

Hábeas corpus

Ayer, la justicia porteña rechazó dos pedidos distintos de “hábeas corpus preventivos” para que se exhorte a las fuerzas de seguridad a “no reprimir ni realizar detenciones arbitrarias”. Uno de ellos fue realizado por un grupo de organizaciones sociales y el otro por los legisladores del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), presente en la movilización de esta tarde. Plantearon que el pasado 12 de marzo se dio un “estado de excepción” con suspensión de derechos fundamentales, incluyendo represión y detenciones arbitrarias a manifestantes.

Ambos pedidos, que tramitaban en dos juzgados distintos, fueron rechazados con argumentos similares: se afirmó que no hubo evidencia de una instrucción precisa por parte del ministerio para “reprimir” en la movilización del pasado miércoles, y que tampoco existen indicios de que el protocolo de hoy ponga el riesgo el derecho a manifestarse en esta nueva marcha.

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