La labor policial sumó un episodio delictivo en su contra y volvió a poner a la comisaría Tercera de la Unidad Regional I entre las dependencias de mayores conflictos.
A menos de una semana de que trascendiera la denuncia de un detenido en la seccional de la avenida Uruguay y calle Ambrosetti al que le utilizaron la tarjeta de crédito, bajo resguardo de las autoridades policiales mientras duró la aprehensión por violencia familiar, y dejaron sin fondos, el polémico episodio tuvo ahora como víctima a un médico integrante de la Sanidad Policial, cuya oficina funciona en el predio interior de la comisaría, y al que le robaron las luces delanteras de su camioneta estacionada en el playón cerrado y a plena luz del día, en el turno de las 7 a 19 del martes pasado.
De acuerdo a las fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, el hurto se sospecha que se concretó cuando el galeno legista de la fuerza de seguridad, salió en comisión de labores durante el lapso de doce horas señalado.
Cuando se retiraba a cumplir con su otro puesto de trabajo en el orden privado de la salud, notó que a su Renault Alaskan le faltaban las luces u ópticas completas antiniebla empotradas en el paragolpe delantero.
Absorto porque el robo fue cometido en el lugar que suponía más seguro que un estacionamiento sobre la avenida e incluso, su propio domicilio, pidió explicaciones y no obtuvo ninguna, por lo que decidió denunciar y notificar a las autoridades respectivas.
Se dio participación de inmediato a la Policía Científica para intentar detectar rastros y huellas y a los investigadores pertinentes para esclarecer el hecho.
El hecho causó, por supuesto, revuelo en los pasillos de la Unidad Regional I y hasta en la Jefatura de Policía. Hasta el momento, quedaron involucrados los tres suboficiales de la guardia y dos oficiales que cubrían el turno.
El viernes 4 de octubre, este Diario publicó el caso del suboficial de la Policía Federal que estuvo detenido durante septiembre en la comisaría Tercera y que al intentar comprar con su tarjeta de crédito cuando fue excarcelado, notó que ya no podía gastar porque el máximo permitido ya lo había gastado, más de un millón de pesos, en siete cargas de combustible (casi 700 mil pesos) en estaciones de servicio de esta capital pero que se realizaron cuando él estaba privado de su libertad, y su billetera bajo resguardo de los jefes de la seccional en cuestión.
Esta causa por hurto, se investiga en el Juzgado de Instrucción 3. Mientras que el robo ocurrido el martes a la camioneta del médico de 57 años, debería llevarse adelante por el juez de Instrucción 6, Ricardo Walter Balor.
Respecto a las investigaciones internas de la fuerza de seguridad provincial, no se informó hasta el momento, si hubo desplazamientos, cambios de funciones, sanciones o traslados.
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